Malicioso Destino

654 Words
—Cariño, te lo dije cuando venías en el vuelo, él también es mi jefe, él es Administrador y jefe ejecutivo de Bannercorp, el señor Banner está encantado con él, es excelente. Muchas decisiones las toma él, es como si él fuera el dueño. El señor Banner confía en él a ojos cerrados. Ella abrió los ojos a más no poder denotando mucha sorpresa en su mirada. —Cariño… ¿Ocurre algo? — Preguntó Robert al verla tan sorprendida. —No, amor, es que creo que me parece familiar. Pero disculpe usted, encantada Señor Nether. Muy dentro de mí, comprendí que tenía que estar loco para seguir viéndola. Ella se había hecho la desentendida lo cual era correcto, me sentí como el peor de los estúpidos, pero me habían encantado toda ella en especial sus dulces labios. —No se preocupe Señora Lake. Quizá me confundió con alguien más. Eres muy afortunado Robert. Alguien más se nos acercó y cuando lo vi, tuve que quedarme a saludarlo, el señor Banner el dueño de todas las compañías Banner. Nos quedamos a charlar un rato, y me preguntó de varios asuntos de trabajo. Pude ver a Evolett maravillada escuchándonos conversar. Pero pese a estar dándole explicaciones a mi jefe, no podíamos dejar de vernos a hurtadillas todas las veces que nos fue posible. —Bueno, ha sido una velada muy hermosa, les deseo de corazón muchos años más de matrimonio. Señor Banner, lo veo en dos días. Robert hasta el lunes, un placer señora Lake. Les di la mano a todos. El señor Banner, tuvo que dejarnos para saludar a otros ejecutivos. Evolett me parecía perfecta, pero no podía quedarme más tiempo, el destino es sin duda perverso. Me aparté educadamente y me dirigí hacia el lugar donde había dejado mi abrigo. — ¿Es en serio? ¿Ya te vas Matthew? —Robert, no te preocupes por mí, quedé de ir a casa mañana. Además, dejé cosas pendientes, ahora ya cumplí contigo. —Sí, pero deberías quedarte a la fiesta, quiero presentarte a unas chicas, te la pasaras bien, ya verás. —No, es en serio. Estuve toda la tarde viajando, prefiero irme a descansar, pero todo es muy bonito. Felicidades Robert. Nos estrechamos de brazos y no mencionó nada más, de mala gana me dijo adiós. Observé que una vez más se unía a otro grupo de ejecutivos dejando a Evolett sola. Ese vestido se ajustaba perfectamente a sus encantadores atributos femeninos. Agraciada, sublime, a mis ojos perfecta. Conocía muy bien a Robert y sabía que para él su esposa era un adorno idóneo para su traje de lujo. Desde la distancia me echó la mirada. Pero esa mirada me confirmó lo que ya consolidaba dentro de mí, no la dejaría, aunque fuera la esposa de mi mejor amigo. Me subí al vehículo de prisa. Pero mi teléfono sonó. Lo observé y no era conocido el número. Respondí, temía que fuera el señor Banner y me pidiera más datos. —Sí, habla Matthew. —Hola, Matt. —Saludó una voz femenina. — ¿Evolett? —Sí, soy yo.  ¿Dónde está ahora? —Seguiré en el hotel donde hasta que salga mañana mi vuelo. —Es toda una sorpresa escuchar su voz, sabe, podríamos vernos mañana. Ahora voy de camino al hotel donde hice reservación. Estoy alojado en el Hotel Devine, pero sé que mañana quizá podríamos ir a comer y hablar sobre el trabajo que me propuso estoy interesado. — ¿Lo dice en serio? Bueno, usted es un ejecutivo muy comprometido, es mágico que hoy haya tenido tiempo para venir. —Siempre habrá tiempo, todo es cuestión de saber administrarlo. ¿Qué dice? —Por supuesto que sí. —Entonces, estaré ansioso por escuchar su voz, por favor llámeme en cuanto pueda. —De acuerdo hasta entonces, Matt. Cortó la comunicación. Iba de regreso a mi hotel muy pensativo. Perverso Destino.
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