When you visit our website, if you give your consent, we will use cookies to allow us to collect data for aggregated statistics to improve our service and remember your choice for future visits. Cookie Policy & Privacy Policy
Dear Reader, we use the permissions associated with cookies to keep our website running smoothly and to provide you with personalized content that better meets your needs and ensure the best reading experience. At any time, you can change your permissions for the cookie settings below.
If you would like to learn more about our Cookie, you can click on Privacy Policy.
Apenas ha adelantado un par de calles, cuando recibe una llamada. ─Dime. ─presiona el altavoz, apenas viendo un par de segundos la pantalla. ─No puedo creer que nos dejaras en la casa de la playa, ¿dónde estás? ─pregunta Alaia con molestia. ─Tenía algo que hacer, lo siento, no te preocupes, ya estoy en camino. ─murmuró mirando por el retrovisor. ─los veo en casa. ─Estamos en casa del tío Jack, deberías venir. ─dijo y antes de que pudiese negarse siquiera, ella cerró la llamada. El cambio de color del semáforo fue algo que aprovechó para voltear, y aún a la distancia pudo ver la muchacha salir del restaurante chino y cruzar la calle a toda prisa. Tan pronto como ella entraba al hospital, él se acercaba, hasta que la vio entrar y la perdió de vista. Se estacionó lo mejor que pudo,