"Entre palacios"

LA BODA

Todos aplaudieron y felicitaron al rey, por fin tendría una reina, por fin sabría lo que es cuidar a alguien.

La princesa Martha enojada, corrió hasta el carruaje y se encerró. Pensando en por qué no había sido ella, si había sido muy cuidadosa con lo que le pidieron y no había echo nada malo, simplemente no lo entendía.

Por su parte la princesa Sandra parada enmedio del patio, mirando a su alrededor no lo creía, había echo todo lo posible por disgustar al rey. Al parecer su plan había fallado.

El padre de Sandra estaba furioso, esa era la única oportunidad de deshacerse de su hermana, pero la había perdido, lo que más amaba ya pertenecía al otro reino.

El rey Francisco se marcho entregándole la mano de su hija al rey Miguel, la ceremonia se hizo muy rápido y discretamente, empezó en la tarde y finalizó en la noche.

El rey Fransisco y la princesa Martha se alejaron en el carruaje sin mirar atrás.

Mientras el rey Miguel miraba fijamente a la princesa Sandra, le ordenaba al mayordomo arreglar el cuarto nupcial, para terminar de consumar el matrimonio.

Todas las mucamas estaban desesperadas por saber cómo sería aquella princesa con el Rey, se decía entre ellas que a pesar se su belleza, era fria y no parecía digna de el.

La princesa Sandra no dejaba de mirar por la ventana del salón, perdida en sus pensamientos no escucho al mayordomo, hasta que le tocó el hombro, volteo y lo siguió en silencio. Sabía que sería el último día que sería libre, que vería a sus padres, y que tendría que soportar el peso de la paz entre los dos reinos.

Al llegar a la habitación, todo parecía hermoso, la cama estaba envuelta con edredones de seda bordados con hilos de oro, los ventanales estaban colocados de forma que entrara luz y se viera más amplio el lugar. las cortinas eran blancas con encaje color rosa pastel, la puerta estaba decorada por el mejor pintor del reino. En el cuarto de ropa, todo estaba doblado perfectamente, ordenado por colores, con escritos para cada ocasión.

En el fondo del pasillo vio el traje blanco con unas flores azules, ese sería el vestido que usaria.

El mayordomo llamo a la habitación, abrió la puerta y presentó a 2 mucamas, y le dijo princesa Sandra ellas serán quienes le sirvan de ahora en adelante.

La princesa Sandra solo agradeció y asintió dándose vuelta hacia la ventana.

Después de un rato, ya que las mucamas la arreglaron y acomodaron la cama, el Rey Miguel, les ordenó salir de la habitación, y les dijo no interrumpan en lo que resta de la noche y parte de la madrugada. Para desayunar llamen a la puerta hasta las 10 de la mañana, más temprano no, dejarán la comida en la mesa de estar y se irán sin hacer ruido, no quiero oir que estén hablando de lo que vean de acuerdo, las mucamas asintieron y se marcharon rápidamente.

La princesa Sandra no dijo nada simplemente se acercó a el y le ayudo a quitarse los zapatos trayendole una tina con agua para que descansará los pies.

El traje que traía era demaciado provocador, La princesa Sandra se sentía incómoda con la mirada que le recorría el rey Miguel, pero este no hacía otra cosa más que mirar la hermosa piel blanca llena de pecas, cuando la princesa terminó de lavar los pies, le dijo Rey puede secarse los pies mientras dejo esto en la habitación del baño, en un momento regreso con usted.

El rey Miguel solo la siguió con la mirada, y se asombro por la frialdad con la que hablo.

Cuando regreso, la estaba esperando de pie, ella se sintió incómoda, pero se acercó a el.

En cuanto el la tomo de la cintura, los dos sintieron algo dentro del pecho.

La princesa Sandra se le quedó mirando y no se inmutó mientras el la desvestía. Mientras tanto el rey Miguel la miraba a los ojos mientras le quitaba la única prenda que portaba, sintiendo su piel y su fresco aroma, la tomo de la cintura, la acercó a el demaciado como para darle un beso.

Ella se quedó reteniendo un suspiro cuando sintió las manos gruesas y cálidas del rey, en ese momento ella olvidó todo y solo quería seguir con ese momento...