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Al día siguiente, Jane y Merybeth se encontraron en un restaurante, Merybeth se veía desanimada —¿Algo anda mal con Sean? Merybeth alzó la vista, no importaba cuánto pudiera negárselo, Jane era su mejor amiga de años, no podía ocultárselo —Bueno, Sean es Sean, es una Antártida, una tierra fría y despoblada, por eso nadie va a la Antártida, solo gente especializada, puedo entenderlo, mejor ahora. —Mery, Sean es tu mejor opción, lo vi ese día, él casi se vuelve loco por ti, buscándote, él salió como un rayo a tu rescate, quiero decir, que, él te ama, Merybeth. Merybeth abrió ojos enormes ante las palabras de Jane —¿Qué Sean me ama a mí? —exclamó como si aquello fuera imposible —Sí, quizás nunca te haya dicho un te amo, quizas aún no se dé cuenta, pero, no debes perderlo, sabes que lo