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Joe bajó del auto, estaba tan enfurecido solo de recordar las palabras que Merybeth le había dicho «¿Cómo pudo ser tan cruel? Ella me odia, realmente, me odiará por siempre, puede tener razones, pero, rompió su promesa, ¿Por qué creí que iba a sostenerla? Ella ya es una mujer casada, incluso si es solo por despecho, todo entre nosotros está terminado, fue mi decisión, es lo mejor» pensó Sophie salió de la comisaría y se abalanzó a sus brazos —¿Lo conseguiste, amor? ¿Liberarán a mi madre? Joe hizo una mueca de desdén —No, tu hermana se negó a hacerlo, y su marido ni siquiera me dio la cara, es un cobarde —dijo Joe Sophie se echó a llorar —¡Mi madre morirá si pasa un día más ahí dentro! Por favor, ¡Ayúdame! —exclamó sollozando Un auto se detuvo a unos pasos de ellos, y Regina Cars