CAPÍTULO QUINCE Al abrir los ojos, Thor se encontró recostado en un barco que se balanceaba, en un sombrío camarote abajo, la luz del sol colándose entre los listones. Se sentía descansado por primera vez desde que él podía recordar, se sentía como si hubiera dormido mil años. Sintió una presencia en la habitación antes de verla, con los ojos medio abiertos, miró hacia arriba y, bajo la tenue luz, la alegría lo embargó al ver una cara sonriente mirándolo, y una mujer que se acercaba y le tendía la mano con el tacto más suave que jamás había sentido. Su cara estaba llena de amor, sus ojos brillantes con lágrimas, al principio Thor se preguntó si simplemente era otro sueño. Pero al incorporarse, su corazón se alegró al ver que no. Allí, delante de él, estaba el amor de su vida, la mujer qu