Lilly miró alrededor del estudio, lo limpia todos los días y no hay nada nuevo para ella, pero preferiría mirar a cualquier otro lugar que no fuera a él. No es que ella no quisiera beber de su belleza, sino el hecho de que podía sentir sus ojos vagando sobre ella, tiene miedo de ponerse de pie de un salto y confesar sus sentimientos por él, alejándose así porque fue despedida. El pensamiento apagó su espíritu y su vértigo desapareció. Shane tenía sus ojos en ella mientras tomaba un sorbo de café, cuando vio que su rostro cambiaba como si estuviera pensando en algo desgarrador, frunció el ceño porque no podía pensar en cuál podría ser la razón. —¿Flor?— Él llamó su atención, pero ella no sostuvo su mirada durante tres segundos, —¿en qué estás pensando? —Nada señor. —Hmm— suspiró, coloca