Capítulo 7

2415 Words
  Shane abrió los ojos ante la luz del sol en su rostro, maldición, ¿por qué no cerró las cortinas anoche? Bueno, era solo que el cielo nocturno era tan hermoso con las estrellas titilantes y quería admirar más la vista y quizás se había quedado dormido mientras lo hacía. Se quedó quieto en su cama, contando el techo, perdido en sus pensamientos. Un golpe en la puerta lo hizo volver, se quitó el edredón y salió de la cama. Metió los pies en las zapatillas, se acercó a la puerta y la abrió. Miró a la criada que estaba parada allí con una ceja levemente levantada, había olvidado su nombre pero está seguro que Paulina la presentó ayer. Nora sonrió e hizo una reverencia mientras se agarraba con fuerza a las colchas que sostenía. —Buenos días señor, el desayuno estará listo en treinta minutos—. Shane asintió con la cabeza pero ella no parecía irse, él se enderezó más, pareciendo preguntarle “¿algo más?” Con sus ojos. —Necesito vestir su cama señor, pero eso es si ya está levantado— tragó saliva, sin atreverse a mirarlo a los ojos. Incluso si a ella le encantaría ver cómo se veía como un modelo sexy en pijama y realmente despeinado. —Oh— fue la respuesta que Shane dio antes de hacerse a un lado para darle espacio para que ella entrara. Él fue directamente al baño mientras ella se preparaba para arreglar la cama. Nora se obligó a ignorar el sonido de la ducha proveniente del baño y el hombre que se duchaba mientras hacía la cama. Ella se demoró trabajando lo más lento que pudo en otros para verlo cuando se marchaba. Para conceder su deseo, la puerta se abrió y Shane salió solo con una toalla. Había gotas de agua en su cuerpo de Dios, su sexy pecho duro y su barriga plana era un festín para sus ojos. Al darse cuenta de que ha estado mirando demasiado y que este hombre es en realidad su jefe, rápidamente inclinó la cabeza. Shane la miró con una mirada de suficiencia en su rostro, no salió intencionalmente para seducirla, pensó que ya habría terminado y la habitación era para él. Menos mal que pensó en envolver una toalla, si no, el rubor en su rostro habría sido más pronunciado. Por un segundo, se preguntó si Lilly reaccionaría así cuando lo viera medio desnudo. Sacudió la cabeza ante eso, ¿cómo podría estar pensando así sobre su pequeña flor? ¡Todavía es una niña por el amor de Dios! —Yo… yo… ya terminé señor— Nora habló con la cabeza agachada, teme que si lo mira una vez más en ese estado, la perdería por completo. ¿Cómo podía un hombre ser tan hermoso e incluso con una toalla? Qué bien debe sentirse acariciar ese pecho fuerte con sus dedos. Sueña con Nora, su conciencia se burló de ella. —Mm—, respondió Shane y entró en su vestidor que era tan grande como tres habitaciones. Trató de olvidar el recuerdo de la doncella ruborizada en su habitación, no importa qué, no va a tener nada que ver con las doncellas de su madre, nunca. Seleccionó algunos vestidos casuales para él, una camiseta y jeans. Necesita trabajar en el estudio de su padre, habiendo decidido eso anoche, realmente necesita hacerlo. Al salir de su armario, sus ojos se posaron por primera vez en la cama, agradable, pensó, la doncella ruborizada realmente sabe lo que está haciendo. Caminó hasta su espejo de tocador y se peinó, luego se puso su colonia. Cambió al cajón, tomó su reloj de pulsera, tomó su teléfono del tocador, salió de la habitación y fue directo a la habitación de su madre. Llamó una vez y abrió la puerta. —¿Mamá?— Llamó al entrar pero solo para asombrarse cuando vio a la chica vistiendo la cama, ¿por qué no vino y vistió la suya? Lilly estaba perdida en sus rutinas matutinas cuando una voz profunda la sobresaltó, se obligó a concentrarse cuando escuchó sus pasos acercándose pero de repente se detuvo y ella se suplicó de todas maneras no mirar hacia arriba pero al final lo hizo. Al mirar el rostro que la mantuvo despierta durante toda la noche, no supo qué hacer más que hacer una reverencia y saludarlo. —Buenos días señor. —Buenos días flo… Lillian— sonrió, feliz dentro de sí mismo de que se detuvo a tiempo porque la puerta del vestidor de su mamá se abrió y ella apareció en su atuendo de oficina, se sorprendió un poco cuando lo vio, —buenos días mamá.  —Shane, ¿por qué estás aquí y por qué no estás vestido para el trabajo? —Oh, sobre eso, no iré a la oficina hoy. —¿Por qué no? Te dije ayer que nos iríamos juntos. La junta quiere conocerte. —Pueden hacer eso mañana mamá. —¿Qué hay de la reunión de la que te hablé? Si no nos ocupamos del asunto del puente caído, será una gran mancha para nosotros cuando las familias afectadas nos demanden. No quieres hacerte cargo de una empresa contaminada, ¿verdad?— Margaret dijo mientras caminaba hacia su tocador, sacó la silla y se sentó, luego aflojó la toalla en su cabeza para liberar su hermoso cabello corto y rubio. —Pueden manejarlo conmigo o sin mí. Ni siquiera estaba aquí cuando cayó el puente, ¿por qué resolverlo debería ser mi prioridad?— Margaret tomó su cepillo y lo miró a través del espejo. —Porque es una forma de ponerte a prueba para saber si puedes manejar ser el director ejecutivo de una empresa tan grande. Es una prueba que debes pasar antes de controlar tu puesto. —¿Así que ahora necesito una prueba antes de hacerme cargo de la dura empresa de mi padre? —Hijo, Lockwood's Inc and Enterprises no fue iniciado por un solo hombre—, se volvió para mirarlo, —Eric no se despertó un día y comenzó la empresa, mi padre jugó un rol, yo jugué un rol y estos Los consejos de administración reducen a todos los accionistas. El hecho de que lleve nuestro nombre no significa que nos pertenezca únicamente a nosotros. Nuestras acciones son más grandes porque presentamos la propuesta y la abordamos de frente. Sin estos miembros de la junta, Lockwood's no sería nada. Entonces, debes entender que les debes tanto respeto como a tu padre. Si no los satisfaces, pueden rechazarlo para que no seas su presidente. Has crecido en el mundo de los negocios, así que estoy bastante segura de que ya sabías todo esto— se volvió hacia el espejo y comenzó a cepillarse el cabello. Shane suspiró. —Entiendo. Pero algún día no nos llevarán a la corte. —Puede—, asintió Margaret mientras dejaba caer el cepillo y recogía su polvo compacto, —las familias afectadas están empeñadas en demandarnos si no les damos una explicación. Nos llevará de vuelta al punto de partida si no lo manejamos profesionalmente—. Shane permaneció en silencio, parecía estar contemplando. —Si asisto a la reunión hoy, ¿puedo quedarme en casa mañana para hacer lo que quiero hacer hoy? —Si empiezas a trabajar hoy, has empezado, no hay que quedarse en casa o sí. Además, ¿qué es lo que tanto quieres hacer hoy?— Ante la pregunta, Shane no pudo evitar mirar a la ocupada Lilly, o uno debería decir, así es como quería aparecer. —Quiero ocuparme de algunas cosas—, apartó la mirada de ella, dándose cuenta de que su madre estaba todavía en la habitación. Margaret dejó de aplicarse brillo de labios en los labios. —¿Algo que no me puedas decir?— Ella frunció el cejo. —Aún no. —Oh, sea lo que sea, tienes que posponerlo. Hoy es jueves, así que puedes hacer lo que quieras el fin de semana. ¿No es mejor? —Realmente no. —Entonces, ¿qué quieres que hagamos? —Puedo evitar ir a trabajar hoy o el resto de la semana para empezar de cero el lunes, eso sería mejor, ¿no crees? —No puede estar pasando esto Shane. ¿Es que no escuchaste nada de lo que dije o simplemente te estás haciendo el tonto? —Vamos mamá, ese problema no es tan difícil como todos lo hacen ver. —¿Qué quieres decir? —Creo que el puente fue saboteado. ¿Alguno de ustedes ha pensado en inspeccionarlo? —¿Inspeccionarlo para qué? —¿Para los explosivos? Dios mío, los Lockwood tienen muchos enemigos. Como dijiste, este problema puede llevarnos de vuelta al punto de partida, haciendo que todos nuestros clientes y la gente pierdan la fe en nosotros. ¿Quién crees que haría eso sino los que se beneficiará de ella? ¿Cómo puede colapsar perfectamente un puente que no dura ni siquiera seis meses? —Esa es la cuestión. La gente cree que tomamos atajos usando materiales falsos, ¿no lo entiendes? —¿Entonces usamos materiales falsos? —¡Por supuesto que no! Yo misma estaba a cargo de inspeccionar los materiales. —Entonces es seguro, el puente fue saboteado. Sugiero que nos olvidemos de la reunión de hoy e inspeccionemos las áreas, no hace mucho que el puente se derrumbó por lo que es imprescindible que se vean algunos residuos de los explosivos, por pequeños que sean.— Margaret se quedó en silencio. —Tienes razón. Creo que debería hacerse. Lillian me pasas mi teléfono. —Sí, señora. —Si esto sucedió de la forma en que lo asumes, considero que mi hijo pasó la prueba—, dijo Margaret mientras marcaba rápidamente un número en su teléfono, —contrate a algunos inspectores, quiero que se inspeccionen las áreas del puente en busca de explosivos. Estaré allí en cuarenta y cinco minutos.— Colgó y luego miró a Lillian, —ve a ver si el desayuno está listo. —Sí señora— hizo una reverencia Lilly antes de salir de la habitación. Margaret se puso de pie inmediatamente. —Ve a prepararte hijo, tenemos que darnos prisa. —No me iré mamá, ya te di la solución que querías. —No lo sabes con seguridad. —Entonces puedes volver y decirme que hay muchas soluciones para resolver un puente caído. —¿Qué quieres hacer en casa? —Quiero trabajar en el estudio de papá. —¡Qué! ¿Quieres quedarte en casa y trabajar en esa vieja cosa para ese hombre? —Fui allí anoche, mamá, estaba polvoriento y necesitaba una limpieza urgente. —Entonces haz que Paulina asigne gente para que la limpie por ti. No voy a pagar a esos sirvientes por nada. —Quiero hacerlo yo mismo. —Si ya lo has decidido, ¿por qué vienes a verme? —Estaba cerrado anoche. No podía pensar en nadie más para guardar la llave excepto tú— dijo en un tono práctico. Margaret quiso negar pero él tiene razón, nadie más puede guardar la llave excepto ella, al final, se dio por vencida y fue a su cajón, sacó una cajita y la abrió, sacando la llave. Ella se lo entregó. —Solo espero que sepas lo que estás haciendo hijo. —Gracias mamá y buena suerte con los hallazgos— sonrió y salió de la habitación. Al llegar a la cocina, vio a Paulina discutiendo con una sirvienta, había pasado por la mesa del comedor y había visto que el desayuno está listo, dos sirvientas le estaban dando los toques finales pero ninguna de ellas era la persona que quería ver y ahora en la cocina tampoco pudo encontrarla. —Buenos días maestro Shane— lo saludó Paulina cuando lo vio, haciendo que Nora lo mirara, un pequeño rubor apareció en sus mejillas al recordar la vista en la que lo vio esta mañana. Ah, la doncella sonrojada, Shane se dio cuenta cuando lo miró pero la ignoró y le respondió a Paulina. —Buenos días a ti también Paulina. —Señor, ¿hay algo en lo que pueda ayudarlo?— Preguntó Paulina, sorprendida de verlo en la cocina. —Sí, estoy buscando a Lillian, necesito que me ayude con el estudio. —¿Señor quiere limpiarlo?— Paulina preguntó más sorprendida. —Sí. —La señora tiene la llave, no se preocupe señor, se la pediría cuando baje a desayunar. —Ya recibí la llave de mamá Paulina. —Oh, entonces señor debería dejarlo conmigo, asignaré a Lillian ya algunos otros para que lo limpien por usted. —Gracias Paulina, pero quiero hacerlo yo mismo. Muchos de los objetos de valor de mi padre están allí, solo yo puedo saber cuáles. —Entonces, si el señor lo quiere así, que así sea. El desayuno está listo, ¿no comerá primero señor? —No, todavía no. Solo envía a Lillian a reunirse conmigo allí con un cubo y una fregona o algo así. —Puedo ayudarlo, señor, como la mayor de las jóvenes sirvientas, es mi deber servirle— intervino Nora. Shane la miró sin saber qué decir, la chica finalmente se estaba convirtiendo en una sanguijuela. —Yo em, ya pregunté por Lillian. —Pero Lillian no está disponible ahora señor.— Shane frunció el ceño. —¿Por qué no está disponible?— No ha pasado mucho tiempo que salió de la habitación de su madre, se preguntó. —Bueno em... em... ella... ella... —Adelante Señor, enviaré a Lillian para que venga a buscarlo de inmediato— Paulina sonrió. —Gracias Paulina— murmuró Shane y salió por la puerta de la cocina. Paulina se volvió para mirar a Nora que tenía la cabeza inclinada. —Cuidado con los juegos que estás jugando Nora. No sé lo que esperas lograr, primero te apresuraste esta mañana a vestir su cama y estoy seguro de que lo despertaste con tus golpes a la puerta, luego te fuiste sin limpiarlo, dejándolo para que lo hagan los demás. Ahora quieres forzarte a trabajar con él, no quiero asumir, pero no dejes que mis suposiciones sean ciertas, ¿Está claro? —Sí Sra. Paulina— asintió mientras la mujer mayor se volvía y se ponía ocupada. —Ve a llamar a Lillian por mí. —Sí— Nora asintió y salió de la cocina.  
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