Llegué a la empresa a las ocho en punto, tenía que ponerme el uniforme de limpieza, me miré me al espejo y me dije a mi misma que no podía avergonzarme de un trabajo digno.
Mi área sería la cocina, ahí recibiría todas las llamadas que tuvieran que ver con lo que mi jefe necesitaría en su oficina, aunque de todos modos me entregaron una hoja con los horarios de entrega de café, limpiezas y algunas cosas extras.
Recibí una llamada desde la oficina de mi jefe, pedía que le llevara dos tazas de café.
Unos dos minutos estaba tocando la puerta de la oficina de Diego.
Toc Toc Toc
—Con su permiso señor, le traigo sus dos tazas de café— Dije tan pronto entré a la oficina.
—¡Gracias!— Respondió Diego con amabilidad.
Pude notar la presencia de Catalina en la oficina, había una sonrisa de malic
