Después de aquella larga entrevista de trabajo, regresé a casa, lavé mi cara y me dije a mi misma que cualquier trabajo era digno, no estaba haciendo algo malo. Llegada la noche esperé que Paola llegara para invitarla a tomar algo, quería celebrar de que por fin tenía trabajo y que Catalina no se saldría con la suya. —Que bueno que ya estás aquí, tenemos que salir a celebrar que tengo trabajo— Le dije tan pronto entró. —Me alegro que te hayan contratado, estoy muy feliz por eso, ¿Que harás? ¿Para que empresa trabajarás?— Preguntó Paola entusiasmada. Le sonreí y no respondí, la tomé de la mano y salí con ella de la casa, no quería pensar en lo que haría si no más bien en que por fin resolveríamos nuestros problemas. Fuimos a un bar que estaba a unos veinticinco minutos de donde vivimos