Diego estaba pasando por un momento de angustia, estaba seguro de que había engañado a Catalina con la mujer que tanto daño le había hecho, así que decidió ir al hospital a visitar a su amada. Catalina estaba en una habitación, su semblante era hermoso a pesar de estar en esa cama conectada a esas máquinas que la mantenían con vida. —Hola amor… Te extraño mucho, deseo que despierte, y me hagas despertar de esta pesadilla, hoy me siento terrible, hice algo que no sé si puedas perdonarme el día que despierte, yo jamás me lo perdonaré— Entre lágrimas Diego expresaba sus sentimientos. Después de aquellas palabras, Diego regresó a trabajar a su oficina, al hacerlo Isabella estaba quitando el poco polvo que habían en los muebles. —Isabela deja todo impecable, hoy voy a recibir unos clientes