—¿¡Qué hiciste qué…!? Al llegar la noche y que Zuria me preguntara cómo me había ido, le respondí que finalmente me había atrevido a buscarla. Emocionada, quiso saber más, sin embargo, al ir explicándole se exaltó. —Le pedí una disculpa, no pensé que fuera a reaccionar así. —¿Disculpa? ¡Lo que hiciste fue una gran tontería! Mi hermana controlaba sus palabras, pero algo me decía que otra persona me insultaría. —Entonces qué sugieres que haga. Tu la conoces en cierta manera. —Te ayudaría, pero si no conozco los motivos, no puedo decirte que hacer. Bajo ninguna circunstancia le diría a Zuria que le ofrecí dinero a Hebe, para que se acostara conmigo, eso terminaría por sacar todo su carácter y probablemente termine arrojándome más que palabras. —De cualquier modo, no es cómo si fuera