Jaques firmaba unos documentos que le habían enviado desde Praga, entonces sintió una corazonada.
Inmediatamente abrió un enlace en su teléfono y a través de una aplicación comenzó a checar las cámaras en el departamento de Atlas.
En la imagen se veía al susodicho recostado en su cama, por su postura se notaba que estaba durmiendo.
Sin embargo algo le frustraba a Jaques y suspiró preocupado.
Entonces entró su padre a la oficina y se sentó en la silla de enfrente.
- ¿Y esa cara?.
Le preguntó al verlo.
- No es nada.
Le contestó éste.
- ¿De nuevo es ese muchacho?.
Aventuró Claude.
Jaques asintió.
- No entiendo esa… Esa obsesión con ese muchacho, debiste haberlo matado desde hace años.
Desde entonces solamente te da problemas, Jaques… Debes comprender que Giulio no es una mujer, e
