- ¿Si?… Preguntó Jaques a su secretaria quien lo miraba con temor. - Sr. Masson, hablaron del banco para notificarle una transacción de la cuenta del Sr. Riviello. Le dijo la joven. Jaques sintió un hormigueo en la coronilla. - ¿Que transacción?. Preguntó secamente. - Vació en su totalidad los fondos, los transfirió a otra cuenta. - ¿De quien?. La muchacha comenzó a sudar al ver la furia en los ojos de su jefe. - De él mismo. Jaques respiró agitado. - Véte. Le dijo entre dientes. La muchacha asintió y puso pies en polvorosa. Apenas se fue la chica, Jaques inmediatamente sacó su teléfono celular y llamó a Atlas. “Sabía que estaba cometiendo un error al dejar que la cuenta estuviese a tu nombre”. Pensó con rabia mientras para su sorpresa la llamada entró al buzón de voz inme