Capítulo 1 catrina Benavides Walker

2639 Words
Capítulo 1 Narra Catrina Benavides Walker. —¡Caty, carajos vamos a llegar tarde!— exclama el tío leo desde el inicio de las escaleras, yo giro mis ojos terminando de arreglarme para poder bajar porque de no ser así al pobre tío le dará un ataque cardíaco. Sé que este es un día muy importante para todos, bueno para mí específicamente, hoy voy a graduarme de abogada como siempre quise. Es algo extraño como mi deseo por las leyes se desarrolló con el tiempo, mi tío dice que es por mi padre... Bueno, yo no suelo pensar mucho en él, ya que eso trae recuerdos muy dolorosos para mí, el día que perdí a mis padres a pesar de ser solo una niña de 4 años fue el peor momento que pude atravesar. Ni siquiera recuerdo bien como sucedieron las cosas yo apenas era una pequeña que no sabía lo que pasaba, pero mi tío siempre dijo que fue un accidente. Pregunté tantas veces lo mismo que renuncié a pensar en eso para no sufrir más. Realmente estoy bastante agradecida con mi tío de no ser por el yo jamás me hubiera podido graduar. Así que no lo haré esperar más, ya que seguramente debe estar con los nervios de punta... Me doy una última mirada al espejo para darme cuenta de que no soy aquella niña pequeña e indefensa. Ahora tengo 21 años y la verdad es que me sientan bien, recuerdo cómo muchas veces quise ser grande y mi tío decía que debía esperar mi tiempo para disfrutar mi infancia y ahora veo que siempre tuvo la razón. Hoy me termino de dar cuenta de que tendré muevas responsabilidades, mi vida cambiará y en estos últimos años me he esforzado tanto por graduarme con honores que gracias a todo ese esfuerzo hoy recibiré mi medalla como abogada de Harvard. La verdad siempre fue mi sueño tener un título de esta universidad tan prestigiosa y la razón de ellos es por mi padre. Todo lo que mi tío leo me contó sobre mis padres es que ellos fueron graduados de Harvard y me puse como meta graduarme en esta universidad para que mis padres donde quiera que estén puedan verme y sentirse orgullosos. Salgo de mi habitación sosteniendo mi toga para que no pueda pisarla y tropezar con ella al bajar las escaleras y menos cuando suba a mi motocicleta, veo a mi tío de espaldas hablando por teléfono y debo aclarar mi garganta para que él voltee a verme. Nos encontramos de frente y queda con la boca abierta, sonríe de esa manera que ya conozco y sé que se siente orgulloso de mí. Le guiño un ojo bromeando. —¿No piensas decir nada, qué tal me veo?— me echa un vistazo y estira su mano para terminar de ayudarme a bajar las escaleras, me hace girar para luego abrazarme. Deja sus ojos fijos en los míos y con un tono lleno de emoción expresa. — Jamás he visto a una chica más hermosa que ti catrina Esther— nos damos otro abrazo un poco más corto, ya que mi tío lo interrumpe para que nos podamos ir al evento. Salimos de casa y estoy por ir a mi moto, pero leo niega con su cabeza señalando su camioneta. —De ninguna manera irás en ese cacharro viejo, iremos en mi camioneta...— giro mis ojos y me acerco a mi moto para acariciarla de forma exagerada mientras le doy besos diciendo. —No lo escuches cariño, él es un viejo amargado y no habla en serio— se cruza de brazos y niega con su cabeza. —Debes admitir que esa motocicleta ya está vieja y necesitas una nueva ¿por qué rayos la sigues conservando?. —Ya sabes que soy muy sentimental y amo a Molly ella es mi bebé y tú no te metas con ella si no quieres que tome un cuchillo y apuñale los cauchos de tu hermosa camioneta— amplía sus ojos y traga saliva sé que me conoce y sabe de lo que soy capaz. —Bien, no molestaré más a tu linda Molly— yo me acomodo para mirarlo de frente y cruzo mis brazos. — Discúlpate con Molly— frunce el ceño y luego levanta una ceja confundida. —¿De verdad tengo que hacerlo? —Si quieres conservar tu camioneta sana y salva si— gira sus ojos resoplando. —Ok, lo siento Molly. —Debes sonar convincente, ella tiene sentimientos... —Mierda, catrina estás loca. —Hazlo. —Bien, lo siento querida y hermosa Molly no volverá a suceder.— yo esbozo una gran sonrisa dándole dos golpecitos de cariño a mi motocicleta. —Nos vemos luego nena para dar un paseo tú y yo.— avanzo para caminar al lado de mi consternado tío y subo a su estúpida camioneta. Él sube al asiento del conductor para tomar rumbo al evento, hablamos en todo el camino como siempre hasta llegar a nuestro destino; mi tío y yo nos bajamos de la camioneta, pero yo me quedo de pie pensando si entrar o no. Creo que los nervios me ganan y justo en ese preciso momento traicionan mi confianza, es raro, ya que siempre he sido una chica extrovertida, sin embargo, a todos nos puede ocurrir en un momento de nuestras vidas... — Qué sucede catrina. —No lo sé, solo estoy un poco nerviosa.— leo me sonríe y toca la punta de mi nariz con su dedo índice, es algo que siempre hace para darme ánimo y la verdad que siempre ha funcionado muy bien. —Sabes que yo estoy aquí y si sientes nervios verás que yo estaré en la tercera fila del lado izquierdo para apoyarte, no te preocupes de que todo saldrá bien.— besa mi frente y le sonrío para por fin decidirme a entrar u cumplir el sueño de toda mi vida. Entramos al gran salón donde la cantidad de personas es innumerable, las sillas de adelante son para los futuros graduandos, mientras que las filas de atrás son para los invitados. En frente una gran tarima con cortinas rojas a los lados y una mesa de forma rectangular con los más reconocidos profesores y decanos de la universidad, mientras que en medio un podio de madera finamente pulida con el logo de la universidad resalta en todo el lugar. Me concentro respirando profundo y debo separarme por un momento de mi tío, él me da un último abrazo para despedirnos brevemente y yo me dirijo a mi asiento. El evento inicia con unas palabras de nuestro rector y luego de eso los estudiantes son llamados uno por uno hasta que llega mi turno... Veo las luces que reflejan la tarima y pienso unos segundos para levantarme, avanzo hasta los escalones hasta llegar a esa mesa rectangular y alargada para recibir mi título como abogada. Debo estrechar muchas manos de profesores reconocidos en la universidad hasta llegar recibir mi medalla. Me debo detener en el podio para decir unas palabras y esos nervios vuelven más fuertes que antes. «Oh, mierda... Contrólate catrina tú puedes» reflexiono dándome ánimo para poder dar el pequeño discurso. Miro en la fila número tres del lado izquierdo y encuentro leo levantando una mano y animándome para continuar, respiro nuevamente para por fin comenzar. —No sabría cómo comenzar, ya que tenía un gran discurso preparado lo juro, pero... Bueno creo que los nervios me ganan y lo he olvidado todo— hay algunas risas detrás y eso me hace sentir un poco más relajada, pues se ha roto la tensión. —Bueno, realmente estoy enormemente agradecida con esta universidad, nuestro rector y cada profesor que nos han impartido excelentes enseñanzas no solo como profesionales sino como humanos. No tengo como agradecer está oportunidad y poder haberlo cumplido es más que un sueño para mí y no lo hubiera logrado sin el apoyo de mi tío Leonard Lenox un hombre ejemplar para mi vida y por eso siempre le estaré agradecida por su gran constancia y apoyo en cada una de mis metas incluyendo la más grande que es poder graduarme hoy. Muchas gracias.— Termina mi discurso todos aplaude sigo mi camino para bajar del podio y la tarima. Leonard me recibe con los brazos abiertos y no puedo creerlo... «¿Lágrimas?» Jamás vi a mi tío llorar, y hoy lo está haciendo porque sé que se siente orgulloso de mí, pero la verdad es que yo no hubiera podido lograrlo sin su apoyo incondicional. El evento termina y caminamos al auto para decidir a dónde ir. Sin embargo, yo solo quiero una cosa y es poder ir a las carreras de motos, y él prometió que si me graduaba me dejaría correr en ellas cuántas veces yo quisiera, hoy le recordé su promesa... —Y bien señorita abogada ¿a dónde quieres ir?— yo sonrío de forma maliciosa para responder. —¿Recuerdas aquella vez que te dije lo mucho que deseaba correr en las carreras de motos?— cierra sus ojos a medias astas afirmando. —Si, lo recuerdo. —Bueno, yo estaba pensando que tal vez podría ir. —No lo sé Caty eso suena muy peligroso, qué pasa si llegas a chocar ¿y te sucede algo?— arrugo el entrecejo cruzando mis brazos. —¿Recuerdas tu promesa?. —Mierda, ¿De verdad me vas a chantajear con eso?— afirmo varias veces, él suelta un suspiro melancólico y se da por vencido. —Bien, puedes ir.— empiezo a celebrar, pero él corta mi felicidad de manera rápida. — irás solo a ver... Nada de correr ¿estamos?— pongo mala cara negando. —Eso no es justo lo prometiste. — Prometí dejarte ir, no dije nada de correr, tómalo o déjalo. —Eres un idiota a veces, lo sabías.— sonríe satisfecho y debo aceptar sus reglas, ya que es eso o nada. Llegamos a casa y de inmediato corro a mi habitación para cambiarme, subo rápidamente quitándome el vestido para ponerme algo más cómodo y luego bajo corriendo con las llaves de Molly para irme a las carreras. «Bueno, a ver las carreras» —Caty, de verdad ten mucho cuidado no seas imprudente ya sabes lo que les pasa a todos los imprudentes— asiento con mi cabeza, le doy un abrazo y beso en la mejilla para salir de casa y subirme a mi moto. Al encenderla siento la adrenalina correr por mis venas y empiezo a conducir de camino a las carreras, mientras más avanzo más rápido acelero para sentir como la brisa mueve mi cabello que se sale del casco los guantes de cuero en mis manos se sienten calientes por la presión que ejercen al presionar el embrague. Llego al lugar y observo como la calle está llena de personas y motocicletas, hay música a todo volumen y una que otra chica con ropa que deja demasiado a la vista para mi gusto. La verdad no entiendo por qué razón siento atracción por estas cosas, pero aquí estoy en carretas clandestinas de motociclistas. Miro a en dirección a la carretera que está libre y es ahí donde hacen las carreras, estaciono mi moto para tener una mejor visión del sitio y observo como dos chicos salen a toda velocidad compitiendo para ver quién es más rápido, me quedó fascinada mirando la escena y no me doy cuenta de que alguien se ha parado a mi lado... Doy un respingo y al observar mejor me doy cuenta de que es un hombre mucho mayor que yo, me mira con una sonrisa de degenerado y eso no me gusta para nada. —Hola nena, qué hace una chica tan hermosa en un lugar como este— yo lo observo de pies a cabeza y puedo darme cuenta de que seguro pertenece a una banda de motociclistas. —Solo vine a ver— respondo de forma cortante. —¿Ver? Hum, en estos puntos nadie viene a ver aquí venimos a correr, ¿te animas a una carrera?— niego con mi cabeza. —No, de verdad solamente vengo a mirar, no tengo intenciones de correr— se pone más intenso y las cosas cambian cuando intenta tomar mi cintura, yo arrugo mi rostro en una mueca y lo empujo para alejarlo. —¿Qué pasa muñeca? Ven sé que te gusta. —¡Suéltame estúpido!— exclamo y le suelto una buena patada en las bolas tal y como me enseñó leo, luego sujeto su mano aplicando una llave y lo dejo en el suelo. — Deberías saber que no puedes tocar a una chica sin su permiso, cerdo asqueroso.— el hombre se levanta dolorido y me deja para no volver a molestarme, lo sigo con la mirada para asegurarme de que no vuelva a molestarme y luego vuelvo a concentrarme en las carreras, de pronto siento nuevamente que alguien se recuesta en mi moto y girando mis ojos me doy media vuelta para ver quién me viene a molestar de nuevo. —¿Ahora qué?— digo para quedar de frente a esa persona, que al mirar mejor puedo observar que es un chico parece que tiene mi edad o unos 25 años. Sus ojos verdes resaltan en su perfecto rostro con una barba bien cincelada, su cabello es largo de color n***o parece mojado eso me hace pensar que es bastante sensual... «Algo muy raro en mí, no acostumbro a ver hombres de esa manera» Detallo también sus cejas gruesas que le dan una apariencia más perfecta y me detengo porque él mueve sus labios de color cereza para preguntar. —¿De verdad vienes solo a mirar?.— yo afirmo. —Hum... La verdad no creo que tengas algo que hacer aquí si solamente vienes a ver cómo otros corren. —Creo que es mi problema, pero gracias— sonríe de una manera tan jactanciosa que se roba mi atención para preguntar. —¿Y tú quien eres para venir a decirme que debo hacer o no?— encoge sus hombros y recuesta más su cuerpo a mi moto, lo observo fulminándolo con mis ojos. —Solo alguien que le parece bastante gracioso ver a una chica que viene a ver, ¿no sabes que existe internet? Ahí puedes ver un sin fin de videos sobre motociclistas y así aprendes un poco. «Ya eso es todo, este idiota se pasó... A mí nadie me dice que soy una inexperta he pasado mucho tiempo consiguiendo mi Harley para que este idiota me diga que debo aprender» —Bien, tú lo quisiste vamos a correr si así lo deseas.— vuelve a sonreír con altivez y eso me hace sentir más enojada con ganas de quererle borrar esa sonrisa estúpida de su rostro. —No quiero que te lastimes, pareces ser muy delicada. —Eso no es tu problema ¿vamos a correr o no?— acepta y antes de ir a la carretera expresa. — Aquí todos corren por algo, supongo que traes dinero ¿cierto? «¡Mierda! Lo olvidé salí muy rápido de casa y no me aseguré de traer dinero conmigo» —No tengo dinero por ahora. —Oh, entonces deberás apostar tu moto...— abro mis ojos muy grandes mirando mi bebé. —¿Mi moto?. —Si, por qué ¿tienes miedo?. —No, no entonces será moto por moto ¿verdad?— afirma y sellamos el trato estrechando nuestras manos y el muy idiota sigue con esa sonrisa que me provoca una sensación de mucha rabia. Ahora solo espero no perder a mi Molly, de otra manera terminaré odiándome el resto de mi vida y todo por este idiota pretencioso.
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