Una tarde muy soleada unas largas piernas pisaron el aeropuerto y caminaron entre la multitud, atrayendo la mirada de muchas personas, quienes se sorprendían al ver semejante belleza.
-Deja de caminar tan rápido, nosotros tenemos piernas cortas-Una señora de mediana edad grito, pero bajo el volumen de su voz al ver como más de una persona se detenían a observarla.
-Mamá no grites, despertaras a William-Su mano se dirigió hacia el pequeño cuerpecito que tenía en manos.
-Mi nieto este dormido profundamente, mejor cuéntame algo de tu plan ¿Qué planeas hacer ahora que volvimos? -Pregunto aquella señora curiosa.
-Nuestro taxi está aquí-Enseguida cambio de tema la pelinegra-Subamos.
El taxista bajo del auto y empezó a subir las maletas al maletero.
Ella le paso al niño a su madre y antes de subirse al coche tomo la revista de uno de los estantes del aeropuerto y miro la portada.
Ahí se visualizó a una familia de tres y un título muy llamativo ¨La familia del año¨ decía.
Una sonrisa arrogante se formó en su rostro. Luego de subir al coche miro a su madre y a su hijo, quien aún dormía.
¨Prometo que desde hoy todo aquel que nos rechazó, vivirán en la miseria y en la angustia, he vuelto por mi venganza¨ murmuro entre susurros para sí misma.
Su madre quien la observaba desde hace unos segundos no se sorprendió al verla hablando sola, desde hace unos meses había llegado a la conclusión de que su hija estaba loca.
-Esta noche tengo una reunión en casa de Alexa, desde de acomodarnos en el hotel, saldré-le informo ella.
Alexa había sido su mejor amiga desde la primaria, luego de unos años su amiga tuvo que salir del país y no volvieron a encontrarse, hasta hace tres años, donde se la encontró en el avión trabajando como azafata.
-Si tu hijo no se despierta y te deja ir, que te vaya bien-le recordó su madre, quien recordó que su nieto estaba nervioso de haber venido a este país y prometió jamás separarse de su madre.
-Me lo llevo, solo es una reunión con sus padres y unos amigos, ella solo me quiere dar la bienvenida al país-menciono en cuanto el auto se estaciono frente a un gran hotel.
Enseguida bajaron del auto y luego de bajar las maletas, le pagaron al chofer.
Al entrar al hotel se escucharon muchos ruidos, observaron como mujeres y hombres corrían de un lugar a otro.
Se movió rápidamente al ver como una señora caía, había sido un error ir a ese hotel.
-Gracias, señorita-la señora agradeció en cuanto Emily la atrapo.
-No hay de que, ¿Por qué están tan agitados? -pregunto ella con desinterés.
-Hoy nos visitara un hombre muy poderoso, es el jefe de este hotel y de muchos en el mundo-respondió la señora con una sonrisa de oreja a oreja.
-Oh, ya veo-murmuro ella-Pues sigan con su trabajo-enseguida Emily se despidió de la señora y junto con su madre e hijo fuero a recepción para registrar su habitación.
Los años habían sido duros para ella, en cuanto se fue del país se entero que estaba embarazada, su mundo se vino abajo, su madre aun estaba en coma, fue meses después que dio a luz que su madre logro despertar.
Ella había conseguido un trabajo como diseñadora, mas tarde construyo su propio negocio como arquitecta y si no fuera por un asunto de trabajo jamás hubiese pisado aquel país.
- ¿Mamá? -una voz dulce pero un poco ronca hablo.
-Mi bebé- Emily tomo al pequeño entre sus brazos y lo sujeto con fuerza.
El niño correspondió el abrazo.
- ¿En dónde estamos? -pregunto el mientras veía a su alrededor.
-Estamos en España, cariño. Lugar donde tu abuela y tu madre nacieron- respondió ella muy emocionada.
El niño quedo asombrado y subió la mirada para ver como todo el hotel estaba hecho un caos, en menos de un segundo su cara cambio a una de desagrado.
-Vamos a la habitación a descansar-los tres subieron al elevador y antes de que se cerrara Emily logro captar a una figura entrando, sus ojos se encontraron con los de ella, pero no logro mirar bien y lo ignoro.
En cuanto el elevador llego a su ultimo piso, los tres salieron y buscaron su habitación correspondiente.
-William, hoy tengo una reunión con una amiga así que te quedaras aquí con tu abuela-expreso Emily mientras lo dejaba en el suelo.
- ¿Puedo ir contigo? -el niño enseguida pregunto.
Hace un año en su cumpleaños número tres le pidió a su madre que encontrara a su padre ya que en el lugar donde el estudiaba lo hacían sentir menos por no tener una familia completa, a pesar de que a el no le importaba eso, buscaba la manera de vivir una vida normal como cualquier otro niño. Su madre había aceptado su pedido y había participado de muchas citas a ciega, pero él no quería que su madre se casara con cualquier hombre, el solo quería encontrar a su verdadero padre antes de que sea tarde.
Así que siempre trataba de acompañar a su madre a todas las reuniones para ver si por fin encontró a su padre.
-Claro-Emily miro a su madre quien la miraba con una larga sonrisa.
Después de todo aquella señora sabia como era su nieto, un niño muy celoso que no dejaba que su madre se fuera sola. Ella había entendido que el pequeño tenia miedo de ser remplazado por otra persona.
-Entonces vamos a arreglar un poco y luego nos cambiamos para no llegar tarde.
Emily tomo su teléfono y reprodujo Gyal you a party Animal, y bailando juntos los tres arreglaron sus cosas en menos tiempo de lo que se esperaban.
Luego de terminar de arreglar, madre e hijo se dieron un baño y se pusieron un atuendo de acuerdo con la ocasión.
-No nos esperes despierta madre, recuerda descansar temprano-le recordó ella tomado su bolso-ya llamé para que te trajeran la cena.
Su madre asintió.
Madre e hijo salieron del hotel y se subieron al taxi que habían llamado hace unos minutos atrás.
- ¿Con quién te vas a reunir? - pregunto el pequeño.
-Con tu madrina Alexa-le respondió.
El niño se quedó callado, después de todo odiaba las reuniones que, hacia su madre con su madrina, hablar de trabajo, de ropa y demás cosas, aburria un poco.
-Mira, aquí vive-señalo la gran villa que estaba frente al auto.
La madre se bajo del auto y su hijo la siguió hacia dentro, estaba tan emocionada de volver a ver a su mejor amiga que casi empieza a saltar de la alegría.
-Señorita, Aun no me pagado-su alegría fue interrumpida por la voz del chofer.
-Lo siento-se giro y saco de su bolso algunos euros para pagarle al chofer-Gracias por traernos.
El chofer movió su cabeza en forma de aprobación y se marchó.
Emily y William entraron a la villa luego de ser abierta para ellos. Una chica con el cabello corto que le llegaba por el cuello los saludo a los dos.
-Que bueno volver a verlos-Emily extendió sus brazos para abrazar a su amiga, pero se sorprendió al ver como Alexa se agachaba para abrazar a su hijo-Te extrañe tanto.
Muchos besos fueron depositados en el rostro del pequeño.
-Yo también te extrañe, Madrina-Alexa se emocionó más.
-Y yo-Alexa subió la vista y se encontró con su mejor amiga.
-Ay, que hermosa estas-Alexa soltó una risa y la abrazo.
-Madre-William sostuvo el brazo de su madre-Tengo todo el labial de mi madrina regado por mi mejilla, ¿Puedes llevarme al baño para lavar mi cara?
Ambas mujeres se rieron al escuchar la voz seria del niño.
-Ella es Flor mi ama de llaves, ella te llevara el baño-una chica de menos de treinta años se acerco al niño y le señalo un lugar.
-Vamos-lo tomo del brazo y lo llevo por un pasillo.
Emily quien se quedo asombrada miro a Alexa.
- ¿No es muy joven para ser un ama de llaves?
-Fue uno de mis hermanos que la contrato, nada que ver conmigo-se excusó Alexa.
-Entiendo.
Mientras las mejores amigas hablaban, el niño estaba lavando su cara dentro del baño.
Afuera un joven apareció en el pasillo y antes de seguir caminando se detuvo a hablar con aquella joven que estaba parada frente a la puerta del baño.
- ¿Qué haces aquí flor?
La ama de llaves bajo la cabeza.
-Estoy esperando a un niño, esta dentro lavando su cara-señalo la puerta del baño que estaba siendo abierta.
- ¿Tenemos visita?
-Si, la mejor amiga de su hermana y su hijo están aquí para cenar-respondió.
Aquel Joven iba a hablar, pero quedo mudo al ver el rostro del niño que salía del baño.
-Ya nos podemos ir-aviso William tomando la mano de Flor.
Pero no pudieron terminar por que aquel señor sostuvo la mano del niño.
-Puedes irte Flor, yo llevare al niño-Flor miro al niño y asintió mientras se marchaba
- ¿Qué desea señor? -Le pregunto William.
Nadie respondió. En cambio, William subió su mirada para ver como aquel hombre lo miraba de forma extraña.
- ¿Cuál es tu nombre? -por fin hablo.
-Mi nombre es William, ¿Y el de usted? -le pregunto ahora William curioso de saber el nombre de aquel hombre que se parecía un poco a él.
-Mi nombre es Dylan.
Ambos se miraron y Dylan no creyó lo que estaba viendo.
Una copia exacta de su hermano estaba justo frente a él.