Capítulo 9

1781 Words
El comedor de Santa Lucía era en realidad un restaurante, pero por la comida hogareña aún no ganaba tanta fama como los restaurantes cinco estrellas. -Estamos aquí señorita-madre e hijo salieron del auto luego de pagarle al chofer y se dirigieron hacia dentro. Al entrar el rico aroma inundó las fosas nasales de ambos. -¿Mesa para dos?-una señorita se acercó a ellos y le pregunto-¿Tienen reservación? -No tenemos ¿Es necesario una?-Emily se puso nerviosa después de todo, quería comer ahí. -No, solo que tenemos reservaciones VIP y pensé que era usted-ella soltó una risa tímida-los llevó a su mesa. La joven llevó a ambos a una mesa y luego les entregó el menú. -No es necesario-excuso Emily-Quiero Huevos rotos preferiblemente con chorizo-le pidió ella. Era uno de los platos favoritos de Emily, desde que era niña solía pedirlo. -Y unos pinchos morunos, y una paella de mariscos-la señorita que los atendía quedó impresionada. Aquellos platillos eran uno de los más antiguos y pocas personas lo pedían. -Claro que si, con su permiso-la joven entró en la cocina dándole la orden a la jefa de cocina. Mérida, la jefa de cocina quien era la jefa también del lugar, al leer la orden adivino quien estaba detrás de esta. -Dile a todos que preparen los servicios correspondientes, yo iré a servirlos personalmente-los cocineros se pusieron manos a la obra y luego de unos minutos los platillos estaban listos para comer. Mérida salió con ellos en una bandeja y busco la mesa, al ver a una joven hablando con un niño sus esperanzas se vinieron abajo. -Esta es su orden-colocar cada plato en la mesa-con su permiso. -¿Merida?-La señora se giró y miró a Emily. -Eres tu-La joven se levantó de su asiento y la abrazó-Tenía varios años sin verte ¿Dónde estabas? Ambas mujeres se conocían, la señora Merida le tenía un gran cariño a Emily ya que siempre le agrado. -Me fui del país, para encontrar tratamiento para mi madre-mintió ella-Luego cuando ella había despertado me enteré de que estaba embarazada y se me complico volver-Emily le contó la historia, omitiendo algunos puntos. -¿Este es tu hijo?-ella asintió. -Es hermoso-William quien estaba alegre por el encuentro de ambas se levantó de su asiento. -Muchas gracias por el cumplido-Mérida se sorprendió al ver los modales del niño. -Es tan tierno-Mérida se agacho para estar a la altura del pequeño-Eres muy lindo y educado, no cabe duda de que eres el hijo de Emily. -¿Cómo conoce a mi madre? -Cuando ella era pequeña venía aquí a comer, de seguro sabes que tu abuela cayó en coma hace muchos años y tu abuelo trataba mal a Emily, por eso después de la escuela yo la traía aquí para que comiera conmigo y mi familia-William entendió todo lo que le decía aquella señora. Su abuelo era muy cruel. -¿Cómo está tu madre Emily? Ella le respondió a Mérida, y le contó todo lo que había pasado en estos pocos años sin verse. -Ya es tarde, disfruten su comida-Mérida le entregó los platillos a ambos-Una bomba de calorías llena de felicidad y sabor para el niño y la dama-William aplaudió al ver la mesa llena de platillos que su madre no lo dejaría comer. Ambos disfrutaron de los ricos alimentos que Mérida les llevó, mientras que para Emily cada bocado era como volver a su infancia. -Ya nos vamos, gracias por la comida-Madre e hijo salieron del lugar con una sonrisa y por supuesto un estómago lleno. Caminaron despacio por la calle y conocieron aquellos lugares que desde hace mucho Emily no veía. Una hora más tarde llegaron al departamento, encontrándose con una señora de mediana edad sentada en el mueble. -Llegamos madre-avisó Emily al verla enojada. -¿Dónde estuvieron? Salieron ayer a una reunión y hoy me llamaron para decirme que no ibas a llegar temprano ¿Qué estás tramando Emily?-La señora estaba algo cansada. -Estuve en la casa de Alexa, anoche no logre venir por algunas complicaciones y hoy llegue tarde porque Alexa no me dejaba ir-William subió la mirada para ver a Emily. Su madre mentía con estilo-pensó. -Pedí servicios a la habitación, vamos a cenar-Emily negó y camino hacia una habitación. -Estoy llena, comimos en el comedor de Santa Lucía-le informó ella. -¿Y me trajeron algo?-El dúo negó-La traición. -La próxima madre-ella sonrió al ver su cara indignada-Por cierto, William ve a buscar mi lapto, tengo que hacer algo-ella recordo que tenia unas cosas pendientes. Su hijo obedeció y buscó corriendo la computadora que estaba encima de su cama. Más tarde Emily estaba en su cama en pijama comprando dos vuelos a Canadá, su madre y su hijo parten mañana mismo. Se acostó viendo el techo y noto como si hijo se integraba en sus brazos buscando su caliente. Iba a fingir como si aquel día jamás hubiese existido, y todo era un sueño. -_- A la mañana siguiente Emily se despertó temprano y busco a su madre quien ya estaba desayunando. -Tuve que calentar la cena de anoche ya que mi hija no me trajo la sabrosa comida de Santa Lucía-su madre tocó el flan de pasas que le habían llevado. -Hoy volverás a Canadá con William, tengo que entregar algo mañana así que me unire a ustedes mañana en la noche-Su madre no entendía el ¿Por qué? su hija le decía eso. -¿Por qué no podemos irnos mañana contigo? Quiero visitar el comedor de Santa Lucia, tengo años que no veo a Mérida-Su madre trato de convencerlas. -No, los boletos ya fueron comprados y salen en dos horas, justo a las doce del mediodía-le explicó Emily a su madre-Te llevare algunos platillos mañana. Luego de decir aquellas palabras Emily volvió a la habitación a preparar las maletas de su hijo. El pequeño William estaba emocionado, quería ir a varios lugares con su madre pero al ver a su padre con otra mujer que no era su madre, se desanimó a tal punto de no querer seguir en aquel lugar. Emily, que respetaba las decisiones de su hijo, no se negó. Horas más tarde William y Laura, su abuela, subieron a un taxi de camino al aeropuerto. Laura miró hacia atrás y notó como el taxi se alejaba de su hija. -¿Puede llevarnos al comedor de Santa Lucía?-El taxista escuchó aquella petición y asiento. William se alegró de volver a visitar el lugar. Al entrar miro que el sitio estaba lleno de gente, pero de lo que más se sorprendió fue ver a su ex-esposo sentado ahí. Se quedó petrificada y noto a la chica que estaba al lado suyo, era idéntica a su hermana por lo que adivino que ella tal vez era la hija de ella y de su ex-esposo. Justo en ese momento, Andres subió la mirada y se encontró con la de Laura, no podía creer lo que veía, era como si el espíritu estuviese frente a él. Laura no perdió la oportunidad y salió corriendo del lugar, y se subió al taxi que estaba parado frente al lugar esperandolas. -Vamos-William estaba decepcionado, ¿No iba a comer hace un minuto? Ninguno de los dos habló, Laura por lo incómoda que estaba y Wiliam porque no entendía el comportamiento de su abuela. El taxi siguió moviéndose hasta pasar por un letrero que decía Aeropuerto Adolfo Suárez Madrid-Barajas y los que estaban dentro notaron como ningún vehículo pasaba además de ellos por el lugar. Era extraño que ningún otro auto condujera hasta el aeropuerto. William que estaba viendo por la ventana noto tres autos negros en fila, giro su vista y noto tres autos mas del otro lado, su abuela quien miro hacia donde el estaba viendo noto la precencia de los autos y se giro para ver que otros autos de color n***o los seguian detras. Lo primero que pensó fue en un posible secuestro. -No están siguiendo-El conductor confirmó sus sospechas. Laura abrazó a su nieto e intentó que el taxista condujera más rápido pero ya era imposible, estaban rodeados. El conductor pisó el freno fuertemente al ver el auto que estaba detenido frente a él. Luego de frenar noto como varios hombres salían del auto y se dirigen a ellos. -No se preocupen, llamaré a la policía ahora mismo-el saco su teléfono pero los nervios no lo dejaron y cuando logró marcar, su teléfono había sido quitado de su manos. Dos hombres abrieron las puertas, William quien veía lo que estaba pasando logró ver a alguien que conocía muy bien. -Padre-él salió del agarre de su abuela e intentó salir, pero su abuela lo detuvo. -No salgas, esos hombres son malos-Laura que no había escuchado lo que él había dicho hace rato; lo volvió a abrazar. Un hombre vestido con un traje n***o se acerco a la parte de atras del auto. -Señora, Deme al niño-Laura negó-William ven. William intentó salir pero el fuerte agarre de su abuela no lo dejaba ir. -Suelte a mi hijo-Gritó Cristhian enojado. Laura un poco asustada analizo lo que estaba diciendo el hombre y despacio fue soltando al niño que estaba entre sus brazos. Pero se arrepintió cuando volvió a sus sentidos cuando noto que el niño era arrebatado de sus brazos. -Señor, no se quien es, pero regresemos al niño-William miró a su abuela asustada desde los brazos de su padre. -¿Quien es ella?-le preguntó Cristhian a su hijo. -Es mi abuela-respondió. Ella era su abuela, por lo que ella era su ¿suegra? -Veo que aun no nos hemos presentado, soy el padre de William, esposo de su hijo-Laura no se movió. Se quedó sentada como una estatua en el asiento del auto. ¿Su hija estaba casada? ¿Con el padre de su hijo? Eso era imposible. ¿Por qué no le dijo? En ese momento entendió la razón del porqué su hija quería que ella saliera del país, y el asunto que iba a resolver era su ¿esposo? Todo era extraño, y no entendía lo que estaba pasando, pero alguien podía resolver todas sus dudas y esa era su hija-pensó viendo al hombre que estaba frente a ella. Hola ¿Cómo están? ¿Cómo la están pasando? Nueva actualización, se que me estoy atrasando pero estos bloqueos que estoy teniendo vienen y se van rápidamente. preguntas: ¿Quién creen que le contó a Cristhian que su hijo se marchaba? ¿Cómo creen que reaccionará Emily al saber que no logró su plan? ¿Qué creen que pase ahora? ¿Les está gustando la historia? Acepto criticas constructivas. Los adora: su loca autora.
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