La noche pasó lenta y dolorosa para mí. Cada minuto que pasaba me recordaba que tenía que despedirme de los únicos familiares que se preocupaban por mí, que estaban conmigo en las buenas y en las malas. Los únicos a los que entraban perfectamente en el significado de familia. Y ¿Qué es lo que más me duele? Que un imbécil, hijo de papi y mami, que nunca en su vida ha conocido que son los límites, ni que como seres humanos tenemos que respetar y valorar la vida de los demás, se le haya dado la gana de acabar con la vida de mis padres, sin recibir su merecido y lo peor de todo es que por golpearlo quieren acabar con nosotros. Sin duda no tienen vergüenza, José merecía más que una desfiguración en el rostro. Pero lastimosamente no tengo la fuerza para hacerle pagar por todo el dolor que me h