Mis lágrimas caían hasta más no poder de solo recordar ese momento tan duro para mí.
Pablo y el director solo me miraban impactados. Ese era mi pasado, mi doloroso pasado del cual pocos sabían. Un pasado que me duele pero que al decirlo a alguien me siento menos mal, eso es lo bueno de desahogarse.
- ¿Se lo contaste a alguien? ¿Lo denunciaste o algo? -pregunta Pablo
- ¿Cómo podría hacerlo? ¿A quién le podría contar? Mis padres están lejos de aquí con sus vidas y sus propios problemas como para yo haberlos llamado y decirles: "Papá, mamá el novio que tenía resultó que no era mi novio, sino que yo era su amante sin tener conocimiento de ello y resulta que quede embarazada y ahora como no quise abortar y él se casó y en su familia no aceptarían a mi hijo, me golpeó a tal punto de hacerme abortar. ¿Podrían sufrir conmigo porque por el poder que tiene no podremos hacerle pagar por lo que me hizo? -pregunto con sarcasmo.
- Bien, entiendo tu punto, ¿Y avisaste a la policía?
- ¿Que ganó con eso? José y su familia tienen conexiones con personas peligrosas y de alto mando, así que ¿Crees que saldría victoriosa de todo esto? Una chica que lo único que tenía era sus sueños para convertirse en una gran doctora -Reí irónicamente- Sí, como no, ya iba a ganar.
Pablo se levantó y note que lo invadía la rabia, rabia que apenas me había dado cuenta que tenía, cuando José atravesó la puerta del despacho y Pablo le apuntaba con una arma.
No sé qué más miedo me dio, ver a José en la única puerta del despacho o ver la rabia que tenía Pablo en la que se evidenciaba que ésta sería una lucha de titanes.
Narra Pablo
Mi mente estaba en blanco, no podría creer que el hombre que la llamo hace poco "su mujer" fuera capaz de hacerla abortar a punta de golpes y eso que era su propio hijo. He tenido a mí alrededor personas sin escrúpulos, que engañan y dañan a los demás, pero esto ya es demasiado.
No sabía a qué infierno podía desatar, pero tampoco me importaba, no porque estuviera enamorado de ella (ya que apenas tenemos poco tiempo de habernos reencontrado y ambos hemos cambiado) si no que al igual que ella yo he sufrido por el engaño de personas que uno quiere de verdad, pero que para ellos uno solo es un objeto que puede desechar en cualquier momento sin ningún tipo de remordimiento. Y eso solo deja sufrimiento para la víctima y no el victimario, lo que en teoría no es justo. Además él tiene poder y yo también, así que como podríamos decir que esta es una pelea justa.
Termino de escuchar todo el relato de Paulina y solo bastó con ver al causante de su sufrimiento entrar finalmente por la puerta, para tener los cojones de apuntarlo con un arma. Solo tenemos una puerta en la que entrar o salir y sé que si tuvo los cojones para matar a su propio hijo para lograr lo que quería, no es confiable. Así que no puedo bajar la guardia.
- Tck Tck Tck -hace movimientos con la lengua mientras niega lentamente- No creo que quieras meterte en esta discusión de pareja que no te incumbe.
- ¿Acabo de decir pareja? -pense- Definitivamente no sabe el significado de esa palabra.
- ¿Seguro que es tu pareja? Porque hasta donde sé, tú la dejaste tirada en un hospital y ¿Qué crees? - tomo a Paulina por la cintura y la acercó a mi cuerpo- ¡Ahora es mía!
Veo como su piel cambia a un rojo en cuestiones de segundos, pero no me importa y continuó
- Vamos amigo ¿Pensantes que te ibas a ir y cuando quisieras regresar ella estaría dispuesta a regresar a ti? Por favor eres hombre de negocios y sabes perfectamente que las mujeres son como un negocio, si lo consigues tienes que cuidar de él, porque si lo dejas o rechazas y este después se recupera y vuelve al mercado, tu oportunidad habrá acabado. Así que ya ese negocio -Mira a Paulina - le pertenecerá a otro propietario.
Narra Paulina
Ahora mismo, si las miradas mataran, Pablo estuviera muerto ahora mismo, pero la verdad es que su manera de defenderme me indigna ¡Me está tratando como un objeto!
Pero por lo menos te está defendiendo - contesta mi conciencia.
Pero qué manera de defenderme -pienso.
- ¿Sabes con quien te estás metiendo? - pregunta José molesto
- No, ¿Tú sabes quién soy yo? -dice Pablo en tono altivo-.
Grandioso -pense- ahora que no salga con sus episodios narcisistas.
- A parte de ser un multimillonario reconocido en varios países y sectores productivos, soy atractivo -me mira y se pasa la lengua por los labios- y bueno en la cama ¿O no bebe?
Que alguien me diga que no lo dijo por favor
Fue sólo ese segundo para ver a José y Pablo en el suelo golpeándose
Después de varios minutos en donde yo estaba gritando y los guardias de cada uno los intentaba separar, finalmente pudieron hacerlo, dejando como resultado dos golpeados, pero a diferencia de José, Pablo ya había planeado todo y en eso estaba que yo me iría del país con él. Aunque José intento interferir el plan, Pablo estaba por encima de José de acuerdo al poder.
Pero aunque al parecer logré llegar ahora al aeropuerto con Pablo y sus guardias sin problemas, no sé si irme con Pablo será bueno o malo. Ya que aunque de niños nos conociéramos mucho, ahora somos unos completos desconocidos que hemos cambiado para mal por los dolores que hemos sufrido en la vida.
Mientras me cuestionaba si abordar ese avión con Pablo era una decisión correcta, Pablo estaba muy tranquilo jugando con su teléfono -a excepción de cuando perdía su jugada y mostraba su frustración.
- ¿Cómo puede estar tan tranquilo con todo lo que se puede avecinar? -pense- ¿No se da cuenta de que si José quiere algo, él va a mover cielo y tierra, pero que se va a salir con la suya, se va a salir con la suya. Ya que no importa a quien tenga que extorsionar o en su defecto tenga matar, lo hará.
Pero al parecer Pablo era muy tonto para saber la magnitud del problema o estaba confiado de sus capacidades. Y la verdad es que no saber su respuesta aumentaba mis nervios. Quería pensar la respuesta positiva, pero como ser humano, me deje llevar por lo peor; que ambos estamos cavando nuestra propia tumba.
- ¡Maldición Pablo! -Exclamó- ¿Sabes siquiera la magnitud del problema en el que estamos? O ¿Te haces el idiota?
Sólo recibí un suspiro de Pablo sin dejar de apartar su mirada del teléfono.
Al parecer para Pablo era más importante el juego que lo que le estaba diciendo y eso le desesperaba.
Iba a protestar nuevamente cuando siento una voz masculina muy conocida que causa que mi respiración se volviera artificial, mis manos temblaban, mi frecuencia cardíaca aumentará y demás síntomas que sólo esa persona podía causar en mí en menos de dos minutos apareciera. Mi demonio e infierno personal había llegado.
- Vaya, vaya. Aquí está mi dúo favorito
Voltee sobre mis talones para mirar a la persona a la que más temo.
- ¡Hola, mi amor! - dijo mirándome.
El miedo se apoderó de mi cuerpo e inconscientemente retrocedió con el pánico que se encuentra en mi cuerpo.
Siento como una persona toca las palmas aplaudiendo desde mis espaldas.
- ¡Vaya! Te tardaste tanto en llegar, ya me estaba aburriendo de esperarte - dijo Pablo sonriendo.
¿Qué acaba de decir? ¿Lo estaba esperando? ¿Escuche bien?
Estaba petrificada y sabía que haber venido con Pablo era mala idea, lo sabía ahora que había dicho que lo estaba esperando. Por lo que solo podría esperar lo peor, mi día había llegado y sabía que no podía escapar de él, no viendo como los hombres de José nos superaban en número y el personal del aeropuerto privado en el que nos encontrábamos no decía o hacia algo.
- Vamos José, saca tu mejor carta ahora que me estoy aburriendo de lo poco interesante que se encuentra esto - dijo Pablo sin quitar la sonrisa de su rostro-.
- Me tienes molesto Evans. Tú no tienes nada que ganar protegiéndola pero si mucho que perder, así que como hombre de negocio ¿Vas a perder mucho por nada? - finalizó mirando detenidamente mirándome.
- Oh mi querido José, estoy seguro que Paulina es muy valiosa y no lo digo sólo por sus capacidades en la medicina y cuantos logros ha alcanzado, sino que debe ser muy buena ya sabes en que y como - su sonrisa cambio a una pervertida que me observaba de pies a cabeza y después mirar a José - Para que tú, un hombre de negocios que puede tener a quien quiera a sus pies este haciendo todo este espectáculo por una alguien que según tú vale nada. ¿No te parece extraño lo que dices?
José tenía su manos hecha puños y una mirada que reflejaba furia, pero en cuestión de segundos se cuerpo se relajó y su mirada se tornó divertida.
- Entonces ¿No me la piensas entregar? - Dijo riendo - Es tu última oportunidad Evans. ¿Seguro que quieres enfrentarte a mí por ella? ¿Sin nada a cambio, donde tú ya tienes tu vida realizada a tu acomodo y ella es definitivamente una pieza que no encaja en tu rompecabezas?
¿Será que alguien me puede decir cuando dejarán que las hormonas o piedras en sus cabezas hablen? Porque estoy segura que las neuronas no la están utilizando y sé cómo va a terminar esto y por lo menos yo no estoy preparada psicológicamente para otro tiroteo entre estos gallos de pelea
- No sé, pero cada vez que hablas me da mucho más interés de quedarme con Paulina - voltea a mirarme - Debes ser mucho mejor de lo que me imagino en la cama cariño, para tenerlo tan interesado - mira nuevamente a José - Pero no me preocupo por preguntar ello. Ya que, a partir de ahora será mía y sabré de primera mano cuan magnífica debes ser como amante, porque eso era para ti ¿No es así? Una amante, aunque claro dependiendo que tan buena sea sabré si la dejaré como amante o algo más. Claro que, a diferencia de ti yo se lo haré saber con anticipación, claro para que conozcan su lugar
¿En qué mierda me metí yo ahora?
- Vamos Evans, sé que está dolido conmigo porque me casé con el amor de tu vida, pero créeme, te hice un favor. Aparte de la fortuna que obtuvo gracias a los robos que te hizo y supo multiplicar, no hay nada que me interese de ella. Así que si la quieres, puedes comértela cuando quieras. A la final a mi familia y a mí sólo nos interesa los negocios que ella tiene en su poder, ya sabes expandirnos y eso. Es un sacrificio de mi parte, por soportarla día a día pero el dinero lo amerita.
Ahora sabía por la tensión del cuerpo de Pablo y la risa burlona de José que los papeles se habían invertido.
Esto no es bueno. Ahora si tengo miedo.
- Entonces estaremos a mano. Tú te quedas con según tú el amor de mi vida y yo me quedo con la chica que más quieres; Paulina. En negocios por cantidad estaríamos a mano, pero por calidad definitivamente yo llevo lo mejor, ahora si no tienes nada que decir, me voy con mi chica.
Dio media vuelta y comenzó a acercarse a mí.
- Vamos princesa, nos aguarda un vuelo - me dice Pablo sonriendo.
Me sorprende como su humor cambia tan rápido, ya que el enojo que mostró al escuchar del amor de su vida ya estaba solo en el recuerdo.
- José - gritan a nuestras espaldas.
Causando que todos mirábamos la dirección donde venía la voz, encontrándonos con un señor de por lo menos 1,80 cm de alto, grueso, cabello canoso, con lentes que reflejaban que los años habían pasado factura en sus ojos, vestido de saco y corbata, rodeado con muchos guardaespaldas que lo seguían.
- Te advertí que dejaras este asunto en el olvido y vienes a hacerme pasar vergüenza ¿Por una mujer? ¿Porque tienes que ser tan terco cuando te llama la atención algo? Maldición José sé un hombre y utiliza tu cerebro. El hecho que quieras a esa mujer no quiere decir que puedes armar una guerra innecesaria. Así que tienes cinco minutos para estar en el auto y te los estoy contando ya -comento el hombre de manera amenazante.
José suspiro pesadamente y vi cómo se resignaba a acatar las órdenes del señor.
- Como digas padre - dijo resignado y molesto.
No lo puedo negar, me daba gracia ver que el José posesivo, que todo el mundo temía y seguía sin cuestionar se encontraba en este momento en modo sumiso.
El señor se disculpó con Pablo por el comportamiento de su hijo y regresó por donde vino llevándose con él a todos los guardaespaldas incluyendo los de José, quedando en el lugar José, Pablo y sus hombres y yo.
Sentí como el José posesivo regresó y su mirada que reflejaba rabia se centraba en Pablo.
- He perdido en el punto de partida, por lo que llevas una leve ventaja, aprovéchala porque la guerra apenas comienza y créeme cuando te digo que no la pienso perder, antes prefiero verla muerta que feliz - finalizo.
Sentí como mi cuerpo se tensaba más - como si pudiera - y en mi mente sólo se procesaba su última oración.
"Prefiero verla muerta que feliz"
- Bueno, bueno, bueno -dijo ocupado toda mi visión - Ya que nos divertimos un poco ahora si nos podemos ir.
Definitivamente tenemos definiciones distintas de lo que es diversión.
- ¿Sabías que vendría aquí? - pregunté con la esperanza de que lo negara.
- Sí - dijo como si fuera algo que le divertía.
- ¿O sea que no nos habíamos ido porque tú estabas esperando a José?
- En efecto.
- ¿Puedo saber por que causa, motivo, razón o circunstancia tú estabas esperando su llegada? - pregunte intentando controlar mis ganas de estrangularlo-.
- No hubiese sido divertido ni educado irnos sin despedirnos de José - dijo restándole importancia.
- más divertido que educando ¿No?
- Exactamente
- Así que lo hicisteis por que estabas aburrido y querías entretenerte un rato ¿No es así? -repetí sus palabras-.
- Ahora si me estás entendiendo
Yo le mostré una linda sonrisa que sólo duro cinco segundos para después agarrado fuertemente por el cuello, acción que le sorprendió un poco.
- A la mierda todo, yo te mató hoy Pablo Evans, ¡TE MATO! - apreté más mi agarre.
Pero sólo faltaron segundos para que él me agarrara fuertemente y en segundos quitará mis manos de su cuello y en media vuelta que me hizo dar sobre mis talones yo quedar con mis brazos cruzados sobre mis pechos, mi espalda pegada su abdomen y sus manos sosteniendo fuertemente mis muñecas.
- ¡Guau! Mujer eso no me lo esperaba, cálmate un poco, casi me matas - dijo tosiendo un poco.
- No se si no te diste cuenta, ¡Pero, esa era la idea, idiota! - grité.
- Vaya, esto es increíble ¿Ibas a matar a tu único salvador? Y dices que yo soy el que no utiliza el cerebro. Tch, tch, tch -hizo con su lengua-.
- Supuesto salvador que casi hace que no viva para contarlo, por Dios ¿Qué clase de salvador eres Pablo? Mira todo lo que pasó en el que casi muero del miedo y tu dichoso porque era entretenido para ti, suéltame idiota - Me quejo porque aún no me suelta, pero él apretó más su agarre.
Yo ya me di por vencida cayendo poco a poco en el suelo.
Sonreí por lo estúpida que soy.
- ¿Por qué sonríes ahora? ¿Estás en tus días o qué? Vaya las mujeres son muy raras.
Ignore su comentario y respondí:
- Sonrió por lo idiota que soy al tenerte como mi salvador, tu que sólo piensas en ti mismo ¿Pensando en el bienestar de otro? No lo creo. No tienes nada que ganar pero si mucho que perder, el hecho de que me saques de aquí ya es mucho de tu parte, esperar más de ti es demasiado. - Pablo sólo me observó y yo me levanté del suelo - Vamos, salgamos de aquí para buscar una nueva vida o esperar pacientemente mi muerte - suspire derrotada.