Aquel Mesías que muchas personas adoraban sin pudor alguno, era mí padre... ellos veían un buen hombre intentando salvar un país de la miseria mientras que yo solo veía un ladrón con elegancia; la estafa perfecta.
Pues crecer mirando como las órdenes salían de casa para acabar con la vida de diferentes personas eran el pan de cada día, como aquellas cortinas de humo eran creadas con solo un objetivo; distraer a la gente.
A los doce años deje de ver a mi padre como aquel superhéroe sin capa, para verlo como un manipulador; Todo gracias a el dinero y el poder.
Crecí intento ser "Real, Honesta" pero estando en el ojo público, yo era la deshonra de la familia.
──Si tu madre estuviera en este mundo... estaría avergonzada de ti── Aquellas palabras que mi padre no dejaba de mencionar me tenían atormentada.
Para la prensa yo era "la rebelde y malcriada hija del presidente"
──¿Cómo alguien que tiene todo, puede comportarse así?── Murmuraba la gente en eventos públicos.
La triste realidad es esa, muchos piensan que por tener una vida "acomodada" no tienes derecho a sufrir, Solo tienes que ser ¡feliz!; perfecta.
Ellos piensan que todo se soluciona con dinero, pienso que el dinero está manejando al mundo.
La riqueza te puede quitar todo lo sentimental para entregarte todo lo material.
Lo hizo con mi padre, y no es que lo culpe por eso; gracias a él no estaba sola en este sufrimiento.
Pues tenía a Dante mi hermano mayor con el cual compartía aquel pensamiento, también estaba Sofía mi hermana menor quien era diferente a nosotros.
Obedecer y ser perfecta eran sus cualidades algo que nosotros no parecíamos...
Pensaba que vivía un martirio, todos los días salía de casa pidiendo conocer la bondad sin interés de por medio...
Y entonces lo conocí... juraba no ser bueno, decía que solo cargaba con dolor y sufrimiento en su maleta.
Debí alejarme, debí buscar ayuda, debí decirle a papá lo que realmente le sucedía a su "niña mala"... debí huir, debí no seguirle el juego, debí creer en sus palabras.
Pero su veneno me infectó... me había contaminado con cada uno de sus tatuajes y era tarde para una cura.
Él era todos los sinónimos de lo malo; malvado, maligno, pérfido, perverso, vil, execrable, infame, enviciado, injusto, diabólico, cruel enfermo, indispuesto, achacoso, aquejado, doliente, nocivo, dañino, peligroso, perjudicial, aciago, nefasto, fastidioso, molesto...
Todo lo que realmente no pedía... pero tal vez merecía.