UNA POBRETONA COMO TU

1654 Words
Se siente muy extraño hablarle a mi bebé. Todavía no puedo creer que hay una personita creciendo dentro de mí. Por mi bebe veré hacia delante un palpito me dice que Roger no se tomará con alegría mi embarazo y me dejará sola. Lo cual no me sorprendería, pero al menos haré mi trabajo con darle la oportunidad de que sepa que tendrá un hijo, ya lo que él haga, diga y piense quedará en su conciencia no en la mía. —¿Le llamaste? — me pregunta Mary asombrada cuando le conté que ya llamé a Roger. Ella acaba de entrar a la tienda. —Si, mañana nos veremos en la cafetería frente al restaurante donde me llevo, allí lo cite. — Mary asiente. —Yo voy a ir contigo por cualquier cosa y eso no está en discusión. — dice Mary —Y yo las llevaré cosa que tampoco está en discusión. — escucho la voz de mi tío Jaime y me quedo helada imposible de voltearme. Pero si le di una mirada de “te voy a matar” a Mary. Me doy vuelta para verlo él me sonríe. —No te preocupes lo escuche sin querer mientras ella y Cecilia hablaban. — dice mi tío mientras pone sus brazos alrededor de la pequeña Mary quien en este momento tiene un rostro más rojo que un tomate. Lo cual hace que me carcajee, cambio rápidamente y me pongo seria de nuevo. —Bueno, pero no quita responsabilidad se imaginan que hubiera sido alguno de los tíos mayores que tenemos. — Mary baja el rostro ante mí, pero se enoja con mi tío. —Si tienes razón, pero juraste no decir nada Jaime. — dice Mary apartándose de él, Jaime mete sus manos en sus bolsillos levantando sus hombros en redención. —Tienes razón preciosa pero no me gustaría que vayan hasta allá solas a ver un desconocido y se regresen ya en la noche no lo permitiré, así que no está en discusión mañana en la mañana iremos a Costa azul a buscar el padre de mi sobrino nieto. Quién lo diría 24 años y ya tengo nietos. Porque ni Ram mi perro me ha querido dar descendencia. — morimos de risa con Mary ante sus palabras. Mary lo abraza y le da un beso en la mejilla. —Eres tan lindo no sé por qué no quieres que hablemos con mis padres yo ya no quiero estar así a escondidas todo el tiempo. Mira esta cara tan hermosa quiero besarla todo el tiempo. — Jaime la abraza y pega a su cuerpo y le da un beso más profundo. Se separan y se ven entre sí de lejos se puede ver que hay amor entre ellos. —Ni yo tampoco, pero me gustaría que terminaras tus estudios primero porque el día que hablé con tus padres es para ir directo a la iglesia a casarme contigo. No pongas en duda lo que siento por ti o si es un juego todo esto. Solo deseo hacer las cosas bien, sabes la historia de mi vida y mis padres es raro ser el hijo de la amante del padre de tu hermano. — Que tierno es, pero entiendo lo que dice se cree que no la merece por ser quien es y eso no es así. —Tío, es raro decirte tío porque casi somos de la misma edad, pero deja eso atrás. Mi padre jamás tuvo resentimientos y mi abuela tampoco no te sientas mal por algo que tú no pudiste controlar son las acciones de nuestros padres. Mira aquí tengo un bebé que no pidió venir a este mundo, pero yo su madre tratara de hacer lo correcto para él. Eso hicieron tus padres pensaron que era lo mejor para ti. Y mira el gran hombre que eres ahora. Que eso no te detenga de lo que quieres somos todos una gran familia y tienes vuelta loca a la pequeña Mary. — digo guiñándole el ojo y dándole un codazo a Mary la cual mide un metro con cincuenta y nueve igual que yo. Jaime se ríe de lo que he dicho y asiente. —Y ella me trae loco a mí también. Tal vez en un momento no tan lejano agarro el valor de ver a Miguel y decirle mis intenciones con su única hija. Espero que no me saque a balazos de la casa. — me dice y esta vez Mary le da un codazo. —Sabes que yo no lo permitiré ¿verdad? — él le da un beso en la frente. —Lo sé, preciosa solo déjame agarrar el valor de hacerlo tu padre puede ser un hombre complicado. — Mary asiente tranquila. —Al menos para mi es más que suficiente por ahora, que hayas dicho que sientes algo por mi frente a tu sobrina. — le da un beso en los labios que ya se volvió muy feroz para seguir viendo. Aclaró mi garganta. —Sigo aquí ¿lo recuerdan? — ellos se ríen. —Bueno si no te importa llevaré a cenar a esta preciosa mujer. — yo asiento terminado de cerrar las libretas de diseño y tapar mi nueva creación. Mañana no abriré la tienda así que me aseguro de que todo quede bien guardado. Jaime me ayuda a bajar la cortina de la entrada y nos despedimos en la entrada a el departamento. Subo me doy un relajante baño, me voy a la cocina a preparar algo de comer. Después de la cena me recosté en el mueble pensando que pasara mañana trato de mantener la calma todos estos días he estado bajo mucha tensión y me he exigido mucho físicamente elaborando nuevos vestidos, no quiero que eso le afecte a mi bebé. Al acostarme en la cama me quedo dormida casi al instante unos golpes en la puerta me despiertan. Trato de salir despacio de la cama ya que si lo hago muy rápido me provoca mareo. En la puerta están Mary y Jaime como me lo dijeron ayer. —¿Todavía no estás lista? son las 10 de la mañana apúrate o no llegaremos a tiempo a las 3pm. — salí casi corriendo a arreglarme una vez lista salimos rumbo a Costa Azul mi corazón late a mil por hora y no sé porque los nervios están muy altos. Jaime se estaciona en la entrada de la cafetería eran las 2:55 minutos. —Si quieren vayan a la playa un rato en lo que yo estoy aquí yo los buscaré en la playa. — ellos asienten, pero me dan un abrazo antes de irse. Me ubico en una mesa para dos y pido un jugo de tamarindo. Por la hora casi no hay gente en la cafetería. A los minutos veo como entra Roger a la cafetería con un pantalón deportivo n***o y una camisa blanca apretada a su cuerpo con lentes de sol y una gorra negra se ve muy guapo. Viene directo a mi mesa se sienta. —No frecuento muchos lugares así, así que se breve ¿De qué querías hablar conmigo? — con tono de superioridad el muy cretino. Aunque le agradezco por provoco enojo en mí y le suelto las palabras sin anestesia. —Estoy embarazada. — le digo él se quita los lentes de golpe y me mira con sus ojos llenos de furia. Da un golpe en la mesa. —Descubriste quien era no es así, por eso me sedujiste esa noche sabías que era dinero fácil pero como me fui esa misma noche. Esperaste tiempo suficiente para volver aparecer y chantajearme con un embarazo. — me dice casi a gritos la gente disimula no escuchar. —Yo no sé quien rayos eres y solo quería hacer lo correcto en informarte lo que hagas con esta información es tu decisión no la mía. Lo único que se de ti es tu número telefónico, tu nombre y lo que platicamos esa noche no se ni tu apellido ni a qué te dedicas porque no me iluminas en decirme quién eres. — le digo lo más rápido y molesta posible. —Soy Roger Guzmán. — yo levanto una ceja haciéndole ver que no se quién es. —Soy futbolista en el equipo de Zaragoza y mi padre tiene un imperio de negocios junto con su socio del cual soy el único heredero. Mira ya he tenido varios casos así al final siempre resulta que es mentira o el bebé no termina siendo mío. Esta vez no caeré puedo darte dinero para que abortes si estás embarazada, pero olvídate de mí. No necesito que una pobretona como tú me ande hostigando. — De su billetera saca una buena cantidad de billetes él se levanta pone el dinero en la mesa. —Esto es más que suficiente para que te practiques un aborto y vivas bien por un tiempo hasta que encuentres a otro idiota a quien engañar conmigo no sirvió preciosa. — vuelve a ponerse sus lentes y sale de la cafetería. Mary llega casi corriendo hacia mi yo estoy en shock con una rabia que no puedo controlar todo mi cuerpo tiembla. Empiezo a sentir un dolor en mi vientre lo que me preocupa mucho trato de tranquilizarme pero no lo logro. —Mary me duele el vientre. — mientras pongo una mano en mi vientre. Ella le grita a mi tío quien llega a nuestro lado rápidamente. Me pongo de pie, pero el dolor se hace un poco más fuerte. Mary me sostiene del brazo, pero voy perdiendo mi fuerza. Siento un pitido en mis oídos y ganas de vomitar. —Tenemos que llevarla a un hospital puede ser malo para su bebé. — dice Mary siento que mi tío me levanta y sale al auto los rayos de sol en mi rostro son lo último que distingo antes de ver completamente n***o.
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