Capítulo 1 — Una fría noche de Diciembre

1669 Words
La helada brisa de diciembre mantiene las mejillas de Addie sonrojadas. Mientras maneja su auto a toda velocidad por la resbaladiza autopista, ignora el zumbido de su teléfono. Probablemente sea su amigo, el único que se ha quedado con ella a pesar de todos sus maltratos hacia él y es que es bien sabido que Addie Ainsworth no tiene una personalidad cálida, eso la ha catalogado como una de las jóvenes más despreciable del país, una niña mimada y egoísta que solo piensa en ella misma. Sin embargo, eso a Chase no le importaba y siempre se mantenía con un ojo cerca de la joven. De todos modos es bastante difícil que ignore una amistad que construyeron desde los cinco años. La joven de cabello rubio refunfuña cuando su teléfono vuelve a zumbar y quitando la mirada del camino ve el nombre de aquella persona tan insistente y responde la llamada mientras rueda sus ojos. —No digas que no te hice un favor, ya es tiempo de que tengas una novia… O un polvo de una noche al menos. —Se burla la rubia y pisa el acelerador de su deportivo. —¿Con una mujer de cincuenta años? —Chilla con horror el joven amigo de Addie. Apenas y se le puede oír debido a la música tan alta que proviene de la discoteca. Aquella donde la rubia lo dejó varado minutos atrás— Addie, esta vez te pasaste. Ven por mí ahora mismo. —Mmm, no. No sería divertido dar la vuelta y volver. —Hace un gesto que al castaño le irrita— Mejor pide un taxi. ¿Ves que no puedo ser una buena persona? Te busco una posible noche de pasión y tú te niegas. —Vuelve a burlarse Addie— Tengo que colgar, la noche apenas comienza y debo celebrar mi nueva vida como actriz de HBP Entertainment. Finalmente papá hizo algo bueno por mí… ¡Chase, amo mi vida! ¡Adiós! —Espera… ¡Addie! No me puedes dejar varado aquí… ¡Addie! Es lo último que puede decir el castaño antes de que su teléfono le avise que la llamada ha sido finalizada. Mientras la joven rubia se burla y aprieta de nuevo el acelerador perdiéndose en la negra oscuridad, el castaño reprime un grito de frustración. Siempre era lo mismo, seguía a Addie a cualquier parte y casi siempre terminaba en circunstancias que lo ponían al borde de la locura. […] [Chase] Aun no entendía como seguía siendo amigo de alguien tan déspota e insensible como Addie Ainsworth. Sin embargo cuando recuerdo la triste vida que lleva mi mejor amiga al ser idealizada como una mala persona, sus lágrimas en lo más profundo de su habitación por no tener el amor genuino de nadie, al ver las malas personas que se acercan a ella solamente para obtener algún beneficio o simplemente para dañarla, me es imposible dejarla sola. Detrás de esa carcasa llena de codicia, egoísmo y apatía, está una pequeña niña que no sabe cómo defenderse del mundo. No puedo dejar que el mundo la siga lastimando. Suspiro y busco en mí teléfono para solicitar un taxi. Mañana debo madrugar para acompañar a Addie a la nueva empresa y estar al pendiente de cualquier mala jugada que le quieran hacer. Si bien su padre es el nuevo socio de esta empresa, nada me asegura que a mi pequeña Addie no le harán la vida difícil. Nadie dijo que ser su amigo sería fácil, pero para mí, ser leal hacia ella es lo primordial. Minutos más tarde me encuentro rumbo a mi hogar en sumo silencio. Me permito relajarme y mirar sin preocupación las calles de la ciudad mientras va en marcha. El invierno este año sí que nos atrapó con fuerza, pero de igual manera, varios grupos de personas caminaban de un lado a otro cubiertos hasta arriba de aquella piel sintética que los protegía del frío infernal. Me río al darme cuenta de la ridícula situación que casi siempre vivo. Addie es genial, con su carácter poco normal, pero es divertida. A pesar de sus imperfecciones soy incapaz de alejarme, conozco su pasado, su dolor y el por qué actúa como actúa. Aparentemente tiene una vida perfecta, con padres perfectos que la adoran y la protegen, pero que tristemente no fueron capaz de protegerla de los abusos de su tío cuando apenas era una pequeña de diez años. Aun soy capaz de recordarla temblando mientras me abrazaba y me pedía una y otra vez que no la dejara sola, que tenía miedo que su tío regresara a lastimarla. Eventualmente el cambio tan abrupto en la actitud de Addie desenterró la verdad acerca de aquel hombre y fue castigado por sus acciones, pero la falta de protección de sus padres hacia ella desde un principio, ocasionó que Addie no los perdonara. En cambio decidió vivir su vida al máximo, divirtiéndose como si cada día fuese el último y fingiendo que no le afectaba nada de lo que los medios y las personas a su alrededor opinaban de ella. —Joven, ya hemos llegado. —Las palabras rasposas de aquel taxista me despiertan de mi ensoñación y suspiro antes de asentir sacar mi cartera y pagar, para luego salir del vehículo y mirar con cansancio las puertas de mi hogar. Mi vida no es tan diferente a la de Addie, económicamente hablando. Mi padre, al igual que el suyo tiene su propia empresa, pero enfocada directamente hacia la tecnología sustentable. Aparentemente ese el futuro más próspero, por lo que el negocio ha ido más que bien y la empresa se ha consolidado como una de las más sólidas del país, cosa que ha posado sobre mí una gran responsabilidad. Y es que papá quiere que siga sus pasos y tome en un futuro las riendas de la empresa. Eso suena extraordinariamente bien y para mí sería todo un placer cumplir con su deseo sino fuese porque estoy más interesado en la música y en convertirme en un productor. Desde niño siempre fui directo hacia cualquier cosa que hiciese ruido y de allí sacaba infinidades de sonatas y sonidos extraños, cosa que mamá vio con fascinación y a lo largo de mi vida me fue inscribiendo en diversas clases de música e incluso clases de canto. Ella lo hizo para que, además de la empresa, tuviese un hobbie con el cual distraerme después de un día difícil, tal como lo hacía papá con el ajedrez. Sin embargo, después de un tiempo, descubrí que lo mío no era la ingeniería, ni nada parecido; yo nací para trabajar en la industria musical, en el entretenimiento y eso era algo que compartía con Addie… En fin, papá realmente me odia por no querer cumplir su voluntad, pero se esfuerza en aceptar mi deseo y ahora está enfocado en enseñarle muy bien a mi hermana mayor, quien sí está interesada en el negocio. Además de que tiene muchas ideas que pueden revolucionar la empresa de papá e impulsarla a un nivel mayor. Realmente me alegro de que eso sea así, aunque no termina de quitar el gran peso de tener que triunfar para demostrarle a mi padre que estaba en lo correcto al decidir mi propio futuro. Ya al estar dentro de casa, lanzo las llaves por ahí y me dirijo con sumo silencio hacia la cocina. Todo está en penumbras, sin embargo mientras me acerco, logro ver una luz tenue al fondo, delatando la figura de mi hermana comiéndose un sándwich en media oscuridad. —Luego te quejas de que has aumentado de peso. —Me burlo y Yarín me mira sin expresión alguna— ¿Qué haces comiendo tan tarde? —No he probado bocado desde el almuerzo. —Bufa y da otro mordisco al pan— Tuve que revisar varios documentos y estoy que muero… ¿Y tú? ¿No me digas que la rubia te dejó botado de nuevo? Ruedo los ojos ante el tono burlista de mi hermana mayor. Ella no soporta a Addie y siempre trata de menospreciarla. —No le digas así y no, así no fueron las cosas. ¿Por qué siempre la defiendo cuando todo el tiempo me hace lo mismo? No lo sé, pero es algo que me nace por dentro. —Eres un idiota, Chase… Un grandísimo imbécil por dejar que la rubia te manipule a su antojo y luego te deje tirado en medio de la noche… —Comienza a hablar, pero yo le hago un gesto para que se detenga. No funciona, es más, la incito a seguir reprochándome las cosas— ¡Es que no te entiendo! ¿Si te das cuenta que tienes una cochera con tres autos que son tuyos y que casi siempre llegas caminando o en taxi porque la rubia te ha dejado tirado en cualquier sitio? Ya no sé si eres estúpido o masoquista. —Mmm… ¿Un estúpido masoquista, tal vez? —Bromeo y ella me lanza un pedazo de lechuga que hábilmente esquivo— Yarín, sé por qué hago lo que hago, pero yo estoy bien. Y Addie… bueno, ella es buena, lo prometo. —Cuando tú te creas eso completamente, entonces yo lo creeré… Mejor anda a dormir, hermanito. —Sonríe y revuelve mi cabello— Imagino que mañana continua tu trabajo como el cachorro maltratado de la rubia. Decido no responderle y simplemente bufo y me alejo de ese lugar. Quería comer algo, pero prefiero irme antes que seguir escuchando las tonterías de mi hermana. Al llegar a mi habitación, cierro con llave y me desvisto para luego ir al baño a tomar una ducha. Unos quince minutos después, estoy en mi cama revisando mi teléfono y tentado varias veces en llamar a Addie solo para asegurarme que se encuentra bien, pero como sé que no va a responderme, suelto el aparato y me obligo a dormir. De todos modos, mañana la veré temprano y todo será como todos los días.
Free reading for new users
Scan code to download app
Facebookexpand_more
  • author-avatar
    Writer
  • chap_listContents
  • likeADD