Paso saliva, mientras mi respiración es imposible calmarla en este momento. Escucho cómo Ezra, carraspea, tomando el pomo de la puerta. ─¿Estás lista? ─Inquiere en un susurro. ─Sí…eso creo ─digo, con cierta duda. Termino de acomodarme el vestido, y la puerta se abre, dejando pasar un poco de luz. Ezra, me toma la mano, sacándonos del lugar. Detengo mis pies de golpe, levantando mis ojos, para encontrarme con el rostro de mi padre y a su costado, está Gema, mirándonos con desconcierto. Mi padre, camina hacia mí, abrazándome. ─Mi pequeña ─murmura, estoy confundida, él prácticamente, me entregó a un hombre desconocido y tiene el descaro de tratarme con cariño. Hago un mohín, apartándome, para darle una sonrisa apretada. Mientras que, él arrastra su mirada al hombre a mi lado─. Ezra, e