Maruja saludó a Rogelio con mucho zalamería: — ¿Cómo le va don Rogelio? La verdad es que se ve radiante y muy guapo, definitivamente mi hija va a quedar muy deslumbrada cuando vea con el hombre tan atractivo y galán con el que se va a casar. Rogelio por supuesto correspondió al saludo efusivo de la que iba a ser su futura suegra, además debía mantener las apariencias delante de todos los invitados que tenían las miradas puestas en ese momento en él. — Gracias por sus cumplidos o mejor dicho por tus cumplidos Maruja, porque no veo necesario que nos sigamos hablando de usted, cuando a partir de hoy vamos a ser familia, ¿No te parece querida suegrita? — Pues tienes toda la razón querido yerno, ya falta poco para que nos convirtamos en una verdadera familia. En vista de que Julián se esta