1: La idea.

1067 Words
Capítulo 1: La idea.   Llegué a casa luego de cumplir 3 horas de castigo donde limpié todos los pizarrones y arreglé todos los pupitres después de clases con las demás personas que también estaban sancionadas. Jamás había sido sancionada, había sido horrible, más aún cuando tuve que convivir con los peores alumnos que siempre se la mantenían en problemas, no es que estuviera discriminando… bueno sí lo hacía, al ser una niña de buen promedio, capitana del equipo de porristas y novia del capitán del equipo de futbol yo era la burla de todos ellos, yo pertenecía al grupo de los populares por así decirlo y ellos a… ni idea de donde pertenecían porque no los conocía hasta hoy, intentaron molestarme con comentarios e indirectas crueles, pero me hice la sorda e intenté ignorarlos. Definitivamente el peor día de mi vida. Joder, tenía demasiada hambre, sueño y cansancio. — ¿Así que… castigada? —dijo mi padre cuando me observó sentarme en la mesa del comedor y destapar el almuerzo que él preparó para mí, al menos era mi favorito; vegetales al horno con salsa, lo más rico que podía comer en mi patética dieta saludable para la diabetes. Obviamente le había dicho a mi papá cuando lo llamé que me habían castigado porque el profesor “creyó” que lo había ofendido, no le iba a decir que realmente sí lo hice, sería otro castigo seguro donde me quitaría el teléfono. Mi padre estaba dibujando al otro extremo de la mesa del comedor, él era artista, uno muy reconocido y tenía una galería de arte en el centro de la ciudad donde también daba clases de eso, siempre tenía las manos sucias o las camisas manchadas de tempera, lo admiraba hasta cierto punto, él amaba lo que hacía, aunque no siempre sus decisiones fueron correctas. Mi padre conoció a mi madre en un viaje a Europa, él sabía que ella estaba casada pero como su esposo no estaba en ese viaje, él igualmente decidió tener una aventura con ella, se suponía que cuando regresaran a sus vidas normales se olvidarían de que se conocieron alguna vez, pero… salí yo, mi madre se creó una rara historia de que se había ganado un sorteo y viajaría por el mundo por 9 meses, su esposo le creyó, y en ese tiempo mi padre se quedó con ella, hasta que me tuvo y luego ella me dejó. Jamás la conocí y dudaba que su familia supiera de mi existencia, solo la había visto por fotos que me enseñó mi padre, igual no la necesitaba en mi vida. Para mí, mi madre había muerto al tenerme, y era menos doloroso pensar que simplemente me tuvo y me abandonó, como toda una perra y se fue, mi padre decía que consideraron abortar, pero ambos eran moralistas —al menos un poco— y decidieron que no. Así que elementalmente por eso estaba aquí, un error de la naturaleza. —Reprobé el tercer examen de física —dije con la boca llena y sentí como mis ojos se aguaron—, no entiendo cómo es que reprobé si estudié tanto y joder papá, si pierdo la beca… Mi futuro era lo único que me importaba, siempre me esforcé en ser la mejor en todo lo que me proponía, odiaba fallar, necesitaba tenerlo todo controlado, necesitaba ser perfecta. Mi papá me siseó sin dejar de sombrear el dibujo que hacía y dijo: —No hables con la boca llena Eva. —solté un suspiro y le hice caso, él prosiguió diciendo: — ¿Pero qué está pasando? Nunca habías reprobado nada… ¿Acaso Logan te está distrayendo o…? —No —me apresuré a asegurar, pero recordé que no debía hablar con la boca llena así que me apresuré a tragar mi comida para decir: — No es Logan, es decir, es mi novio desde tercer año de instituto, tenemos muchísimo tiempo juntos, papá. Es la clase, el profesor Novan quiere reprobarme apropósito. A veces lo sentía así, porque el profesor Novan les daba a las demás personas puntos por procedimiento pero a mí no, cualquier error que cometía, cualquier coma o punto mal puesto lo usaba como pretexto para restarme puntuación. Una parte de mí sabía que era mi culpa porque me confundía en los resultados finales o en algún paso, pero él debía notar que sí sabía lo que hacía, lo consideraba muy cruel. Y solo conmigo, era la única de la clase que reprobaba los exámenes. Me metí un enorme mordisco de comida a la boca con rabia, odiaba a ese hijo de puta, todo era su culpa. —Bueno Eva, debes tener cuidado —dijo mi padre—, recuerdo que en el instituto el profesor de inglés se enamoró de una de mis amigas y la mejor manera que se le ocurrió para llamar su atención fue reprobarle los exámenes y luego chantajearla para que se acostaran con él a cambio de aprobarle su materia. Dejé caer el tenedor en mi plato de la impresión y fruncí el ceño casi ahogándome cuando tragué pesadamente. — ¿Y qué hizo? —pregunté conmocionada. Mi padre sonrió a medias limpiándose las manos con un trapo y alzó sus ojos azules hacia mí con cierto aire de superioridad. —Fue más inteligente, lo denunció con la directora y lo botaron —se encogió de hombros—, era un viejo asqueroso.  Lo pensé por un momento, dudaba que el profesor Novan quisiera reprobarme apropósito para luego exigir que me acostara con él, es decir, apenas sabía de mi existencia, pero sí notaba que me tenía cierta hostilidad, como si me odiara desde el momento que me vio. —Que asqueroso —concordé con mi padre terminando de comer mi cena en silencio, definitivamente no creía que el que profesor Novan me quisiera para algo más que matarme y pulverizarme viva, pero una retorcida idea pasó por mi mente y casi sentí un bombillo suspendido sobre mi cabeza encenderse… ¿Qué pasaría si acusara al profesor Novan de acoso y lo botaran del instituto? Definitivamente sería la gloria para mí que él no estuviera y mi beca no peligrara. Sonreí internamente, esa idea desesperada no sonaba tan descabellada después de todo: Hacer que el profesor cayera en mi juego y sacarlo del instituto.
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