Nuestras miradas vuelven a encontrarse, mi cuerpo entero exige acercarse más y lo hago sin darme cuenta. Mi mano se apoya en el pecho de Peter y levanto la cara para ver sus ojos, su boca y lucho con todas mis fuerzas para no ceder. Estamos cerca, muy cerca y él se agacha un poco para llegar a mis labios, lo necesito, quiero besarlo y cerrar los ojos cuando hagamos contacto pero... —Si yo fuera tú, no haría. Aléjate a de mi hija si no quieres que te apuñale con esta cuchara. Se separa un poco pero no del todo y me susurra al oído. —Te lo dije, es un maldito espectro... Solo espero que luego continuemos donde lo estamos dejando. Asiento y después me hago la tonta, ya que la mirada molesta que nos está mostrando Declan comienza a incomodarme. Declan está parado en el umbral de la puerta