Los últimos dos meses me he dedicado meticulosamente a crear caos y destrucción en el territorio más rico y productivo de Declan Prescott: Chicago. He observado con detenimiento el desastre que he sembrado, una sonrisa sutil baila en mis labios al pensar en las posibilidades que esto ofrece para mis futuros planes. Chicago puede no ser la joya de la corona, pero su importancia estratégica y sus recursos potenciales no pueden ser subestimados. No estoy seguro si valdrá la pena movilizar a mi gente por completo, pero ahora quiero todo lo que él tiene.
He movido mis piezas con sutileza, evitando levantar sospechas y asegurándome de que parezca un problema interno dentro de la organización de Declan Prescott. He robado numerosos cargamentos, principalmente drogas de alta calidad, aunque las a
