El estruendoso sonido de mi despertador me estaba dando a entender que ya es hora de afrontar un nuevo día. De mala gana lo apagué y me quedé un momento pensando en cómo irán las cosas hoy. De repente, oí un quejido a mi lado. Volteé para mirarle y ver que estaba profundamente dormido. Sinceramente creo que ninguno de los dos durmió lo suficiente como para despertarnos aún. Tampoco sabía si se enfadaría conmigo al despertarlo, pero preferí no intentarlo. Dejé el móvil y volteé completamente para observarlo. Me percaté de que ya no llevaba la camisa puesta, supongo que será por el calor y los nervios. Tampoco quería pensarlo mucho. Observé como respiraba profundamente, de forma casi inaudible. Se encontraba boca abajo en mi dirección, y por fin pude apreciar su rostro. Barba frondosa, c