¡Adams era un completo idiota! Creer que esto que teníamos estaba rumbo a algo fue la idiotez más grande que por mi cabeza pudo cruzar. Entrar a su oficina y escuchar esos gemidos venir de su baño basto para romper eso que creí que se estaba formando entre nosotros y abrirme realmente los ojos. Agradezco que Lisa pudo darme la tarde libre. Me sentía completamente confundida y aturdida. Observo la ciudad fijamente mientras llevo a mi boca mi vaso tomando un sorbo del whisky que acabo de pedir. Necesitaba tranquilidad para pensar así que preferí apagar mi móvil y venir q tomarme unos tragos a un bar terraza de la ciudad. Observo el reloj y ya son casi las ocho, aún no estoy ebria pero me siento ya bastante aturdida así que p**o la cuenta y salgo tomando un taxi en dirección a casa.