El joven pelinegro dejó su portátil y se levantó de su asiento frente a la computadora del despacho de su padre, avanzó varios metros y posó su atención en la negra noche y en los distintos relámpagos que iluminaban el jardín frontal y más allá la larga calle y un par de mansiones de ese exclusivo sector de la ciudad. Suspiró cansadamente. Después de haber visto a Emily no había regresado a la universidad y no tenía mayores noticias ni de ella ni de Aura, negó en silencio al asegurarse que no era demasiado tarde, él todavía podía recuperar a su dulce niña…Aura siempre debió haber sido para él, ahora se arrepentía de no haberla visto como la mujer que era, ellos pudieron haber llevado un compromiso tranquilo e ir avanzando al paso de la joven…ahora sabía que no había valido la pena