Amor, celos y deseo pt 2

2076 Words
“Es tan… caliente” pensó Aura respecto a la rígida e hinchada carne del rubio, se atrevió a ver al joven que contraía el rostro en placer, y, aun avergonzada por la desnudes de su torso, recorrió la longitud del m*****o del rubio y lo escuchó gemir, segundos después él empujó su cadera contra su mano y echó su cabeza hacia atrás recargándose en el sofá.   —Aura…   La voz cargada de deseo del joven la estremeció, su piel se erizó y en un segundo, lo vio exponer su m*****o al bajar un poco su pantalón deportivo y sus boxers… pocas veces lo había visto así… Cedrick siempre solía dominarla y llevar el ritmo de sus encuentros y le gustaba… le gustaba mucho… pero…ella quería un poco más…quería darle placer…   Recordar las palabras de esa mujer y el lazo indestructible que ella mencionó, la hicieron sentir celos… muchos, también dolor…ella…ella ya no estaba dispuesta a compartir a Cedrick Meuric con nadie…con absolutamente nadie.   —Aghh — gimió el rubio cuando sintió los labios femeninos rodear su m*****o, humedeciéndolo y acariciándolo con su lengua — A…Aura…— enredó sus manos en la cobriza cabellera de la joven, aquello, había nublado sus sentidos por completo, esa era la primera vez que ella se atrevía a ir más allá sin pedírselo.   Tal vez el hecho de sentirse ajena a él, tal vez lo mucho que le gustaba, o tal vez la cordialidad con la que la había tratado desde que amaneció… ya no sabía… y aun así, Aura no lo pensó mucho antes de llevar sus labios a esa parte de su cuerpo, de volver a experimentar esa sensación de intimidad completa.   Rodeó con su lengua la sensible e hinchada punta del m*****o del rubio y lo escuchó llamarla y apretar sus manos en su cabello, ayudándola, pero también suplicante.   De pronto el deseo de satisfacerlo que se arraigó en ese momento, la asustó…pero, aun así, no se detuvo, su cuerpo estaba caliente y su conciencia parecía apagarse, apretó la base del m*****o del joven, la misma que no podía abarcar con su boca, y continuó acariciando su longitud con sus labios y su lengua.   ¿Qué estaba haciendo?... si eso seguía así… si seguían intimando así… ¡no! Ya estaba en problemas… Por Dios, ya lo quería y se acababa de dar cuenta… por eso sus celos y esa opresión en el pecho y el dolor por las palabras del joven cuando la catalogó como falsa, como a todas las mujeres… por eso cuando fue a buscarla y la llevó con él no pudo marcharse y lo dejó hacerle lo que quiso… por eso volvió a entregarse a él… porque lo quería. ¿Cómo había pasado?   Lamió una vez más su m*****o y compartió su placer… su cuerpo también ardía; Cedrick la había contagiado de placer y había olvidado todo lo que él mismo le había explicado y estuvo plasmando en ese resumen escolar.   —Por favor…— suplicó el joven jadeante y con su respiración entrecortada — no sigas o… o voy a venirme en tu boca — mencionó al apartarla.   Aura mordió su labio al verlo, sudando y jadeante, viéndola a ella, quiso irse… lo quería, por primera vez, lo aceptaba para sí misma, realmente, estaba enamorándose de Cedrick…no podía ser cierto.   —Yo, Cedrick…   —Ven — le dijo al atraerla y besarla…Aura abrió sus labios y las manos del rubio deslizaron el n***o short por sus piernas hasta sus rodillas que seguían entre sus piernas.   Aura tembló nerviosa y sus ansias se presentaron, traicionándola, al devolverle pasionalmente el beso.   —No sabes cuánto te deseo — habló el joven roncamente y sobre sus labios al arrodillarse frente a ella.   —Y… y yo…— confesó ella al levantarle la camisa y sin creer lo que estaba haciendo… ¿qué le pasaba?   Cedrick terminó por deshacerse de su camisa y la envolvió en un abrazo antes de volver a besarla, él tuvo que inclinarse sobre ella y la joven, apoyarse en su pecho para estabilizarse… u beso tierno al principio, pero no duró mucho esa quietud, no cuando sus cuerpos semidesnudos ardían.   Cedrick jadeó — déjame hacerlo así — le pidió y la volteó para obligarla a apoyar sus manos sobre la mesa de cristal y alguno de sus libros.   Ella dejó escapar el aliento y lo sintió separarle las piernas para acomodarse tras ella…   —Cedrick, esto… esto…— intentó hablar y poner en orden sus ideas, era el peor momento, pero necesitaba oírlo y enfriar sus pensamientos y dejar de creer que entre ellos se sentía algo más.   Pero Cedrick no la escuchó.   —Aura— la nombró en un ronco gemido cuando tomó su m*****o ya con protección y lo acomodó en su entrada, esta vez no tenía tiempo de torturarla, porque él mismo ya no aguantaba.   —Ahh— dejó escapar el aliento al sentir la gruesa y ardiente hombría del rubio.   —No sabes cómo me gusta penetrarte despacio y sentir tu cuerpo recibirme — le dijo al oído, mientras despacio lo hacía.   Aura gimió y el pegó más su cuerpo a ella que solo pudo presionar sus dedos contra el frio cristal al sentirlo invadirla. Su piel se erizó y segundos después esa sensación de llenado la colmó de placer.   Cedrick gimió en su oído mientras sus manos se apretaban en su cadera.   —Deliciosa — mencionó el joven, echó su cadera hacia atrás y volvió a penetrarla, esta vez con un poco más de fuerza.   La escuchó gemir y casi pudo ver su rostro contraído en placer, se levantó de ella y recorrió sus manos por las amplias caderas y su pequeña cintura… Aura lo volvía loco, lo reconoció y apretó sus dedos en su cuerpo cuando volvía las embestidas necesitadas.   Aura mordió suavemente uno de sus dedos y contuvo los gemidos que Cedrick le arrancaba, él estaba tras ella y poco a poco comenzó a golpearse con más fuerza en su interior, ese ligero dolor que le provocaba el sentirlo golpear el fondo de su cuerpo, era opacado por placer, un puro placer… las hojas de sus libros se maltrataban bajo su cuerpo y a Aura no le importó.   Cedrick, había bajado su pantalón hasta la mitad de sus piernas y veía perfectamente su m*****o atravesar el cuerpo de Aura al mantenerla inclinada… sus manos se apretaban de tal modo en sus caderas y glúteos que la piel de la joven se tornaba ligeramente más blanca ante la presión y ese ligero dolor se unía al placer que el joven estaba otorgándole.   Las cortinas ondeaban ligeramente con el aire fresco de mediados de noviembre y lo que pudo ser una agradable sensación, esta vez no lo notaron…Cedrick bajó a besar y lamer uno de sus hombros y a liberar ese dedo de su tortura, y de paso, escucharla gemir…   “Te amo, Aura” mencionó internamente y mordió su hombro al reconocerlo… amaba a esa niña.   —Ced— ella gimió su nombre cuando las envestidas del joven cobraron mayor fuerza, la pequeña mesa comenzaba a deslizarse, aun sobre la larga alfombra.   —Demonios, Aura— dijo para forzarse a retirarse, necesitaba verla, ver su rostro y saberla de él… solo de él.   Aura se vio tumbada sobre el blanco y pulcro sofá… sus ojos sorprendidos lo vieron arrodillado ante ella, con su m*****o erecto y húmedo por sus fluidos.   —¿Por qué? — cuestionó… ella estuvo a punto de alcanzar un orgasmo por su fuerza.   —Quiero ver tu cara al venirnos juntos — dijo el joven al tirar al suelo el short y bragas de la joven que habían permanecido arrugados en sus rodillas todo ese tiempo.   Él no se molestó en terminar de retirarse los pantalones, así, con ellos en la mitad de sus muslos, volvió a tomar posesión del cuerpo de Aura, cuando, al momento de bajar y besar sus labios, se enterró en ella haciéndola apretar sus ojos y gemir sonoramente… él tuvo que dejar sus labios al compartir ese gemido.   —Ahh… Ced…—lo nombró jadeante al dejar sus labios y aferrarse a su espalda en un abrazo.   —Eres tan mía, Aura — se repitió el celoso chico al moverse y moverla con él.   Los músculos de su espalda se tensaban y relajaban al penetrarla con fuerza y Aura podía sentirlo… una sensación caliente en el pecho le confirmó eso… ella era de él, al menos, lo estaba siendo en ese momento.   Besó uno de sus hombros y lo escuchó jadear en su oído, sentir la dureza de su carne atravesarla y recorrerla por dentro era… era mejor de lo que pudo siquiera imaginar, esa fricción caliente y acuosa, esa presión en su interior… Cedrick llenándola.   —Cedrick…— lo llamó captando su atención, apenas podía hablar, él no dejaba de golpearse contra ella.   —Si…— mencionó él mientras se perdía en esta vez, únicamente, besar su cuello, haciéndola girar su rostro y perderse en él algunos momentos —¿qué ocurre? – cuestiono.   —No… nada— se arrepintió y acarició su espalda mientras él besaba su mandíbula y su cuello.   Sus instintos volvieron a gobernarla… después lo preguntaría.   Los redondos senos de Aura estaban perlados en el sudor que compartía con el cuerpo del rubio, ella ladeó su rostro y él besó su cuello, esta vez lo marcó, como hacía mucho no lo hacía.   —Cedrick, no…— suplicó la cobriza al flexionar más sus piernas por esa sensación que la desbordaba, él acarició una de ellas y volvió sus embestidas más severas…sus ojos profundos en pasión se encontraron con la mirada azulina de ella, cristalina en la misma.   —Ahora, vas a venirte conmigo…, Aura— le dijo al sentir un ligero espasmo en el interior de la pelinegra.   Con su respiración acelerada escapando por sus delgados labios, ella solo pudo asentir… ya no podía más, su cuerpo estaba ardiendo y recibir en su interior a Cedrick estaba acumulando una deliciosa tensión en su vientre que ansiaba poder liberar.   Él sonrió y con uno de sus brazos se abrazó a su pequeña cintura para mantener ligeramente elevada la pelvis de la joven.   Aura notó el ligero cambio y la fricción de ese pequeño botón rosado de su intimidad y la zona pélvica del joven fue mucha.   Aura jadeó insistentemente y sus manos se apretaron, una a la espalda del rubio y la otra al suave cojín del sofá.   —Ya no puedo— atinó a decir luego de un momento de soportarlo… un caliente cosquilleo se sentía en esa zona y estaba tensando su cuerpo, ligeros espasmos sacudían al mismo.   —No vas a llegar sin mí, Aura… ya no — dijo el chico y al sentir el inicio de su orgasmo en la punta de su m*****o, al ser éste, abrazado por una ligera contracción en el interior de la joven, volvió más profundas sus embestidas… ansiaba sentirla, verla terminar y que lo hiciera a su lado… eso y los gemidos de la chica, como sus constantes e incontenibles jadeos, lo calentaron más… un calor comenzó a recorrerlo desde los pies y la cabeza, hasta cerrarse en su unión.   —Ya… por favor— suplicó la joven y sus ojos se cerraron mientras echaba su cabeza hacia atrás.   —Agh— gimió roncamente en su oído al poner sus brazos sobre la cabeza de Aura, se empujó contra ella y movió todo el curvilíneo cuerpo de la joven que se le antojaba más que excitante, al mantener su espalda arqueada exponiendo sus redondos senos que chocaban con él y sus piernas perladas flexionadas a sus costados y que tantas varias veces había apretado entre sus dedos, para calmar las ansias al poseerla —Maldición…— mencionó frustrado pero sin disminuir su placer cuando la escuchó gemir y aumentar la caliente humedad de su sexo… Aura había terminado, su pene era apretado por ella… era esa forma que ella tenía de alcanzar los orgasmos una de las varias cosas que lo habían despertado su instinto de posesión hacia ella y posteriormente, su amor… quería verla, sentirla, escucharla… nadie más podría hacerlo. Nadie más.   Aura jadeaba constantemente y su corazón latía fuerte en su pecho… lo escuchó maldecir por lo bajo y siguió sintiéndolo golpearse profundamente contra ella. Su cuerpo soportaba la fuerza del moreno y los jadeos del mismo seguían proveyéndola de placer.
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