—Entonces, ¿ya conoces tu horario? — preguntó el rubio que terminaba de instalar el televisor que recién les había llegado. Habían pasado un par de horas y en ese momento Aubrey había entrado a tomar una ducha, ya estaba anocheciendo. Aura apoyó su codo en la rodilla, y recargó su rostro en su mano al verlo, ella estaba sentada en un sofá de la sala. —Sí, había pensado en ir, pero preferí llamar y pedir que me lo enviaran a mi correo — explicó al verlo encender el televisor — tendré tiempo de atender un poco a Aubrey por la mañana ¿Tú? ¿a qué hora inician tus clases? – pregunto la cobriza. —Antes del mediodía— informó el joven al acercarse a ella y darle la mano para obligarla a levantarse. El rubio le sonrió antes de bajar a besar sus labios, tras ellos, el televiso