¿Y si nos casamos?

Que me pasa?

—Aquí estoy Jefa— Escuché una voz mientras tenía mi mirada sobre unos papeles en mi escritorio.

—Arlin— Se dignó a venir, ah no verdad recordé que viene por su liquidación!!!

—Luciano— No Hera, no es necesario! Aquí estoy, la verdad necesito el trabajo.

De repente vi cómo la mirada de Luciano no era constante, me acerqué a él aún viendo su estado un poco incrédula.

—Arlin— Luciano se siente bien?

—Luciano— Si jefa, es un leve mareo pero se me pasará.

Cuando me daba la vuelta para volver a mi silla escuché que una lampara se rompió, al mirar atrás vi a Luciano tirado en el piso.

—Arlin— Luciano? Luciano? Despierta, que te pasa?

—Maritza— Arlin que son esos gritos? Que me pasó a Luciano?

—Arlin— No lo se, simplemente se desmayó, llama al 911

El 911 no tardó ni diez minutos en llegar a la empresa, mientras Luciano iba en la ambulancia con Maritza, yo iba en mi vehículo.

Inmediatamente llegamos entraron en el área de emergencias a Luciano.

Después de un rato nadie salía a decirnos noticias hasta que por fin el doctor había salido de emergencia.

—Doctor— Los familiares del señor Luciano?

—Arlin— Ellos no están aquí pero yo soy su jefa, dígame lo que sea por favor.

—Doctor—En ese caso, no tengo más remedios que decirles a ustedes que por favor le digan a Luciano que necesita reposo, necesita cuidados pero este muchacho nunca hace caso, solo dice que tiene que trabajar para comprar las medicinas de su madre, la escuela de su hermana y la prometida que quiere casarse.

—Arlin— No entiendo doctor, eso sería algo normal.

—Maritza- supongo que usted habla de estrés, cierto?

—Doctor- Habló de la enfermedad que tiene.

—Arlin— Que enfermedad tiene doctor?

—Doctor— Luciano tiene Leucemia, es un joven fuerte porque cada vez que viene a sus tratamientos viene solo, y se mareó porque necesita reposo por las pastillas que está tomando, lo dejé un momento en observación en la habitación 203, pueden pasar a verlo.

No podía creerlo, Luciano se ve tan sano y resulta que esta tan enfermo. Le pedí a Maritza que se hiciera cargo de la cuenta del hospital mientras yo veía cómo estaba Luciano.

Entré a la habitación, él estaba durmiendo, se veía tan indefenso.

—Luciano, no sabía que estabas tan enfermo, me siento culpable de lo que te pasó— Pensé estás palabra en mi mente.

No se porque me sentía como un iman, es algo que aunque no quiero me atraiga lo hace…

Por cosas de la vida, créanme cuando les digo que a veces pienso que estoy loca, me acerqué a Luciano y le di un beso en sus suaves labios. Prácticamente en ese mismo momento Luciano abrió los ojos.

—Luciano— Que hago aquí?

—Arlin— Es que te desmayaste y te trajimos aquí?

—Luciano— Debo de levantarme porque si no usted me despedirá del trabajo.

—Arlin— Luciano no se preocupe, puede tomarse una semana.

—Luciano— No es necesario.

—Arlin— Si lo es, así que no puedo aceptar un no por respuesta, el doctor ya me dijo por que te pasó esto.

—Luciano— Entonces sabe que tengo Leucemia y que me está matando?

—Arlin—‘ No te estás muriendo, solo es un proceso como muchos otros.

—Luciano- Jefa, por ningún motivo en mi casa pueden saber esto.

—Arlin— No deberías de ocultárselo.

—Luciano— Mi madre está muy enferma del corazón, no quiero darle disgustos.

—Arlin— Está bien, en unos momentos le darán de alta y lo llevaré a su casa.

—Luciano— No quiero ir a casa así como estoy.

—Arlin— Pues tengo un apartamento que alquilé pensando en que no viviría con mi tío, puedes quedarte ahí.

-Luciano— Tengo un amigo que siempre me ayuda pero está fuera del país.

—Arlin— Pues no se hable más, iremos al departamento.

—Luciano— No es tan mala como parece, ahora le estaré eternamente agradecido.

—Arlin— Hago lo que haría por cualquiera.

Después de un rato fui directo a mi departamento para que Luciano pasara la noche, hice unas compras online de comida que llegaron súper rápido.

—Luciano—Es muy bonito su departamento, la verdad no se por que acepté venir aquí, de seguro querrá cobrármelo.

—Arlin— No le cobraré nada, y no me haga arrepentirme por favor.

—Luciano— Dígame donde está la habitación? La verdad no tengo fuerzas y que ir acostarme.

Llevé a Luciano a mi habitación, él tomó una ducha y luego se acostó. Cuando me preparaba para irme, dudé en hacerlo, no sabía si quedarme o irme y claro al final decidí quedarme y no dejarlo solo.

Me acosté a dormir en el mueble de la habitación, bastante incomodo por cierto, hasta que decidí irme a la cama al lado de Luciano.

—Usted es un ogro señorita pero en el fondo es buena, a parte de eso es muy bonita, nunca había besado unos labios tan suave como los suyos Dijo Luciano mientras dormía.

Resulta que soy un ogro para Luciano pero a la vez bonita y le gustan mis besos.

No muy lejano de eso toqué la frente de Luciano y Ardía en fiebre, así que lo desperté y le dije que tenía que tomar una ducha para que se le bajara.

Al entrar a la ducha quedé mojada completamente por entrarlo a bañar, Luciano aún en su delirios, me besó y no dude en corresponder sus besos, pero luego quedo medio desmayado otra vez, de lo único que estaba clara es que él no iba a volverme loca con sus besos, solo tengo que pensar en el esposo que me tiene mi tío a quien por cierto por quedarme con Luciano dejé plantado.