————ACTUALMENTE————
La luz del sol entra por los ventanales de mi balcón llegando hasta mi rostro provocando que me despierte. Abro mis ojos y me doy cuenta que he dejado las cortinas corridas.
Antes que pueda levantarme escucho la puerta de mi habitación abrirse y al voltear hacia ella veo a mi hija venir corriendo hacia mí con una sonrisa.
—¡Mami! ¡Mami! —exclama con emoción y al llegar a mi cama se tira sobre ella de rodillas— Tienes que ayudarme a escoger un vestido hermoso para el baile de fin de curso, ya es mañana y no e escogido nada.
Le sonrió mientras me siento en la cama.
—Esta bien mi amor, te llevaré a la boutique que más te guste —expresé.
—Muchas gracias mami, esta vez te prometo que no te haré caminar todo Los Angeles buscando un vestido —dice con un sonrisa.
Y si, Ashton después de dos semanas de a vernos enterado que estaba embarazada me trajo precisamente a la ciudad a la cual Elian y yo pretendíamos venir al escaparnos juntos, claramente Ashton no sabe eso.
A pesar de llevar más de 17 años casados jamás hablamos a menos que sea para discutir o fingir delante de los demás que somos el matrimonio perfecto. Él cumplió su palabra y nuestro matrimonio no es más que un infierno, pero mis hijos son lo único que me mantiene en pie, por ellos soporto todo, deje morir la mujer en mi y solo deje a flote a esa madre que hace lo que sea por sus hijos.
—No te preocupes, así nos toque caminar todo Los Angeles, encontraremos tu vestido —digo con firmeza.
Mi hija me abraza y de repente veo entrar a mis dos hermosos hijos y como siempre, están peleando.
—Esa chica me estaba mirando a mi, así que deja de alucinar —dice con una sonrisa arrogante.
—Por favor no inventes, esa chica no te miraría ni para escupirte, tú puedes ser mayor pero yo soy más guapo —expresa con altivez.
Volteo mis ojos y sonrió, —Ya dejen de pelear, saben perfectamente que no me gusta que compitan entre ustedes.
—Dexter empezó —dice señalando a su hermano.
—Sebastián deja de echarme la culpa, por eso mamá te quiere más a tí, porque siempre me culpas de todo y piensa que yo soy el malo —expresó con enojo.
—Ya, ya, no digas esas cosas Dexter, ya saben que yo los amo a los tres por igual —digo con sinceridad.
Mis dos hijos se sientan en la cama mientras mi hija recuesta su cabeza en mi pecho.
—Pero yo soy tu favorita porque soy tu única niñita, ¿verdad? —pregunta con una sonrisa tratando de provocar a sus hermanos.
—Litzy no por ser fémina eres la favorita —expresa Dexter.
—Por lo menos en eso sí estamos de acuerdo —dice Sebastián.
Miro a mis tres hermosos hijos con una sonrisa. Sebastián es el mayor, actualmente tiene 17 años recientemente cumplidos, por otro lado están Dexter y Litzy, ellos son gemelos y tienen 16 años.
Pero de ellos quien más me preocupa es Sebastián, él a tenido que sufrir los rechazos de Ashton, una severidad innecesaria, su desaprobación y el hecho de que siempre lo compare con Dexter.
Asthon cumplió lo que dijo y se a empeñado en vivir con la duda de si Sebastián es o no es su hijo y solo lo hecho para castigarme, pero yo sé que el padre de Sebastián es él, sin embargo el hecho de que mi parto se adelantará confirmo de cierta manera sus sospechas, pero yo jamás dudaré, Sebastián fué un bebé prematuro, lo ví en el historial médico, cuyo historial asegura Ashton que yo saboteé y soborné a mi ginecóloga para que lo cambiará. Su odio lo a cegado por completo y no se da cuenta que Sebastián es demasiado parecido a él, mucho más que Dexter y cuando digo que se parece más me refiero a la personalidad, Sebastián es bastante serio al igual que Asthon y Dexter es más juguetón, es un loquito por completo, pero Asthon no nota eso y aunque los tres tienen esos ojos verdes de él, su justificación es que mi padre también tiene los ojos verdes y por eso Sebastián los tiene así.
Pero yo cuando veo a mis tres hijos no me cabe la menor duda de que nacieron para recordarme quien es su padre, porque irónicamente casi no tienen nada de mi y de Ashton lo tienen casi todo.
—¿Mamá? —me llama Litzy moviendo suavemente mis hombros.
—Dime cariño —le pregunto un poco distraída.
—Estas como ida, ¿Estás bien? —pregunta con preocupación.
—Si mamá, de un momento a otro te pusiste muy triste —expresa Dexter.
—Es cierto, ¿Tu y papá tienen problemas? —pregunta Sebastián.
—Mami no nos digan que se van a divorciar, por favor mami yo no quiero que se divorcien —expresa Litzy con ojos llorosos y me abraza.
Les sonrió forzadamente, —No mis amores, ¿Cómo se les ocurre algo así? Su padre y yo no nos vamos a divorciar, así que no piensen esas cosas y mejor denme un abrazo —expresé tratando de no llorar.
Sebastián y Dexter se suben más a la cama y me dan un abrazo fuerte. En momentos como estos, siento que todas mis preocupaciones y todo el sufriendo que e tenido que aguantar a valido la pena, jamás pensé que ser madre fuera tan maravilloso.
Litzy se separa de nuestro abrazo y me mira fijamente con seriedad.
—Y si todo está bien, ¿Por qué papá durmió en el estudio y no aquí contigo? Además que estuvo tomando y tú sabes que él toma pero casí se pasa y esta vez creo que sí se pasó porque había tres botellas de whisky vacías sobre su escritorio.
—Es cierto yo también lo ví —agrega Dexter.
—Y ayer yo escuche unos gritos, estoy casí seguro que eran ustedes discutiendo —expresa Sebastián.
Antes que yo pueda responderles Ashton entra a la habitación.
—No deben inmiscuirse en los asuntos o problemas que tengamos su madre y yo, solo son problemas de pareja de los cuales ustedes no tienen porqué preocuparse, su madre y yo ¡Jamás! —hace una pausa haciendo énfasis mientras me mira fijamente— ¡Jamás! Nos vamos a separar.
Aparto mi mirada de la de Ashton, le doy un beso en la frente a mis tres hijos y les sonrió forzadamente.
—Su padre tiene razón, así que dejen de preocuparse por esas cosas.
—Esta bien —expresa Litzy volteando los ojos y luego sonríe.
—Bueno será mejor que vayan a sus habitaciones, su madre y yo tenemos que hablar importante, lo cual después les contaremos a ustedes —informa Asthon y nuestros hijos se bajan de mi cama rápidamente.
Los tres van hacia la puerta pero cuando Sebastián está por salir Asthon lo llama.
—Tenemos un conversación, te veo en la tarde en el estudio —dice con un tono severo.
—¿Qué hice ahora papá? —expresa con cansancio.
—No te dirijas a mi en ese tono y sabes perfectamente que tenemos que hablar de tus calificaciones.
—Dexter saco calificaciones peores que las mías y no le dijiste nada.
—No estamos hablando de Dexter sino de tí Sebastián, así que deja de llevarme la contraria y en la tarde vas al estudio, tu y yo hablaremos seriamente —expresa con enojo.
Sebastián mira furioso a Ashton y sale de la habitación dando un portazo, Ashton intenta seguirlo e inmediatamente me levanto y lo tomo del brazo antes de que salga de la habitación.
—Por favor ya déjalo en paz, ¡No tienes que ser tan duro con él! —digo con desesperación mientras suelto el brazo de Ashton.
—Ese hijo tuyo es un altanero, no me respeta en lo absoluto y eso es ¡tu culpa! —exclama con enojo.
—Tiene tu carácter, tiene todo de ti, pero tú no te das cuenta de eso —expreso con impotencia mientras camino nuevamente a la cama.
Ashton me agarra del brazo antes de llegar, me voltea hacia él y rodea mi cintura con sus brazos.
—Ashton apestas alcohol, ¡Suéltame! —digo tratando de zafarme de su agarre.
—Si tome fue por tu culpa, porque quería olvidarme de tus desplantes y del hecho de e criado un hijo que no es mío sino de tu amante —expresa mirándome con una mezcla de odio y deseo en sus ojos.
—Sebastian es tu hijo, lo quieras o no aceptar —expreso con firmeza.
Ashton me tira sobre y se sube sobre mi.
—Sigues afirmando algo que ni tú misma crees, algo de lo cual no estás segura, algo que nos atormenta a ambos —dice mientras me agarra de ambas muñecas y empieza a besar mi cuello.
—Ashton por favor no quiero —expreso con desesperación. Asthon deja de besarme y me mira fijamente con frialdad.
—Nunca quieres, juro que podría contar con los dedos de una sola mano las veces que hemos estado juntos.
—Dirás las veces que me has obligado a estar contigo, además para eso tienes a tus amantes, ¿No? O ¿me vas a decir que en cuanto yo te rechazó no vas a buscar consuelo en los brazos de alguna de ellas?
—¿Y que más puedo hacer si la mujer que tengo a mi lado solo me rechaza y no es capaz de cumplir con sus deberes de esposa?
Una idea que a estado rodando por mi cabeza desde hace mucho tiempo se hace presente nuevamente.
—Cumple con tus deberes como padre con Sebastián y te juro que cumpliré con mi deberes de esposa —digo con firmeza.
Ashton suelta mis muñecas y se levanta de la cama.
—¿Qué estás queriendo decir con eso? —pregunta mirándome con sospecha.
—Lo que escuchaste; si tu me prometes que tratarás a Sebastián como tú hijo y no como si fueras su padrastro, yo te juro que seré tu mujer cuantas veces así lo desees, no protestaré y tampoco me opondré —contesto con firmeza.
Ashton me mira con incredulidad, me toma del brazo levantándome de la cama y rodea mi cintura con su brazo.
—¿De verdad estás dispuesta a cumplir lo que dices? —pregunta con ansiedad mientras mira mis labios.
—Si, por mis hijos soy capaz de lo que sea —expreso con firmeza.
Asthon besa mis labios y ya que estoy dispuesta a cumplir mi juramento para que mi hijo este bien, por primera vez secundo los besos de Ashton. No sé que es esto pero cada vez que él me besa siento como mi piel se eriza por completo y ahora siento como muchas corrientes son expulsadas por todo mi cuerpo.
Después de varios segundos besándonos Ashton separa sus labios de los míos y sus ojos verdes levemente oscurecidos por el deseo, me miran fijamente.
Sin decir adsolutamente nada vuelve a besarme, luego me tira sobre la cama y desabrocha su camisa tirando con fuerza de ella haciendo que los botones de esta, salgan disparados. Jamás enteré porque su brusquedad jamás me a causado miedo, lo único que me causa miedo es cuando intenta tomarme a la fuerza, pero ni su forma de ser tan fría, ni su seriedad, ni su voz tan profunda que cuando se enoja se vuelve algo ronca, nada de eso me asusta.
Ashton Reys lo único que logra es confundirme. Cómo ahora en este momento, ahora que sus labios besan todo mi cuerpo y siento una sensación tan electrificante que me confunde, muchas veces me e pregunta si acaso estoy acostumbrándome a sus maltratos, a su forma tan tosca de tratarme, pero jamás e sido una mujer masoquista, pero después de tantos años quien podría saberlo.
A pesar de no secundar sus caricias, cuando lo siento dentro de mi llego orgasmo casí de inmediato y no es la primera vez que me pasa.
Después de un largo de estar en sus brazos y de que él se apodere de mi cuerpo, por fin concluyen este acto que no lo puedo llamar hacer el amor.
Asthon está a mi lado mientras yo le doy la espalda; ambos estamos desnudos y sus dedos empiezan a acariciar mi brazo suavemente.
—¿No vas a decir nada? —pregunta con seriedad.
Muevo mi brazo indicándole que deje de tocarme y lo escucho dar un largo suspiro.
—Lo único que te puedo decir es que trates bien a Sebastián, porque si no lo haces está será la última vez que me toques —expreso con firmeza.
—Con tal de tenerte soy capaz de lo que sea, hasta soy capaz de tratar al hijo de tu amante como si fuera mi hijo —expresa con indiferencia.
Empuño mis manos tratando de calamar la rabia que siento cada vez que Ashton se refiere a Sebastián de esa forma tan despectiva.
Ashton se levanta de la cama y camina hacia el baño, pero antes de entrar se voltea para mirarme.
—Ah, se me olvidaba decirte que en unos días nos mudaremos a New York y sé perfectamente que haya posiblemente este tú amante, espero que cumplas tu juramento y sobre todo espero que no se te ocurra acercarte a ningún hombre, porque te juro que soy capaz de lo peor Amber —informa con una frialdad y una calma en su voz tan contundente que me produce escalofríos.
Ashton entran al baño y siento como mi corazón empieza latir a toda velocidad.
Sin salir de la cama me estiro has mi buró, abro el último cajón y saco de ahí el anillo que hace más 17 años en ese parque solitario ese chico de ojos azules me dió.
Observo el anillo y luego lo empuño llevándolo hasta mi pecho.
—¡No puede ser! Después de tantos años volveré a New York, ¿Qué haré si por casualidad del destino vuelvo a encontrarte? ¿Qué haré si vuelvo a verte?... Elian.