III 17 AÑOS ATRÁS, UN MATRIMONIO ARREGLADO Y UN PRIMER AMOR

3259 Words
Volví a mi casa con el corazón hecho pedazos, le juré a esa chica que no volvería a buscar a Elian y no pienso romper mi promesa. Él le dijo dónde se encontraría conmigo, él fue tan cobarde que no pudo decirme las cosas de frente y mando a la madre de su futuro hijo para que lo hiciera. Aún no entiendo nada, mi cabeza da vueltas y vueltas mientras los trozos de mi corazón roto gritan desesperadamente por una respuesta. Pensaba que a esta hora estaría en un avión rumbo a Los Angeles y junto a mi estaría Elian abrazándome fuerte. ¿En qué momento todo cambio? ¿En qué momento nuestros planes y nuestro amor se convirtieron en un pasado que ahora duele recordar? Mi garganta y mis ojos empiezan arder mientras encojo mi cuerpo en la cama de mi habitación. Las lágrimas no cesan y el dolor quiebra mi voluntad. —¿Ahora cómo le enseño a mi corazón a latir sin ti Elian? —me pregunto a mi misma casi sin voz. La puerta de mi habitación se abre y veo a mi madre entrar mirándome furiosa. —¿¡Dónde estabas!? ¿¡Sabes la vergüenza que me hiciste pasar!? Todos los invitados preguntaron por ti —exclama con enojo. La miro llena de ira, tan siquiera por una vez en su vida podría notar que estoy sufriendo, por lo menos una vez podría darse cuenta que su hija está muriendo lentamente frente a ella, por lo menos una vez podría abrazarme y decirme que todo esta bien. —¡POR LO MENOS UNA VEZ PODRÍAS SER MI MADRE! —grite sin darme cuenta mientras las lágrimas recorrían mis mejillas como un río. Mamá me mira sin decirme adsolutamente y sale de mi habitación. Por un momento pensé que me abrazaría, pero eso sería mucho pedir, porque a mí la vida me a negado todo, hasta un abrazo de mi propia madre. Ahora sé que no es cierto cuando alguien dice que le gusta la soledad, porque la soledad duele y te quema por dentro, la soledad está hecha para disfrutarla por corto tiempo y después que ese tiempo pasa se queda allí para perturbarte. Me duele tanto el corazón y el alma que solo quisiera dormirme y nunca jamás despertar, no quiero despertar, no quiero... ————Al día siguiente———— Ni siquiera pude dormir, mis ojos se cerrando por menos de una hora cuando ya el sol estaba saliendo, fue todo lo que pude dormir y ahora no quiero levantarme, no quiero saber que hay un mundo allá fuera, solo quiero olvidarme que todos existen. Pero la puerta de mi habitación se abre y veo a mi madre entrar a mi habitación y es inevitable no pensar que con su presencia, el mundo solo se está burlándose de mí diciéndome que existe y que jamás va a desaparecer. —Necesito que te levantes, hoy haremos la prueba de tu vestido de novia —informa mientras revisa su maquillaje en el espejo de mana que sostiene. Su frialdad me parece sorprendente, aunque ya no debería de ser así, porque esto ya lo a hecho incontable veces, solo me ignora hasta que me ve de "mejor humor" Pero ya me cansé, me cansé que la vida me tome como su costal de boxeo y todo el que pase por mi lado simplemente me golpeé sin importarles nada. —No voy a medirme nada —expreso con seriedad mientras me siento en la cama. —¿¡Qué estupideces estás diciendo Amber!? —exclama con enojo. —Lo que escuchaste, no me voy a medir ningún vestido —digo con desdén. —¿Y ahora que tontería sé te metió en la cabeza? ¿Por qué no quieres ir medite el vestido de novia? —pregunta con irritación. —Porque no voy a medirme un vestido de novia que no usaré —digo con firmeza mientras mi madre mira con furia, se apresura hacia mi y de repente me jala del brazo obligándome a levantarme de cama. —¿¡Qué quieres decir con que no usarás el vestido!? —pregunta con enojo mientras aprieta cada vez más mi muñeca. —¡Mamá me estás lastimando! —exclamo tratando de zafarme de su agarre pero no lo consigo. —¡RESPÓNDEME! —grita con furia. —¡QUE NO ME VOY A CASAR MAMÁ! —grité con todas mis fuerzas y sin previo aviso recibo una fuerte bofetada por parte de mi madre. Pongo mi mano en mi mejilla derecha tratando de soportar el ardor. Mis ojos se llenan de lágrimas y miro a mi madre con determinación. —Así me acabes a golpes, no me a casar, ¡no lo haré! —expreso con fuerza y veo a mamá levantar su mano para nuevamente golpearme pero mi padre entra a la habitación en ese preciso instante. —¡Jimena! —dice llamando la atención de mi madre haciendo que ella se detenga— Las cosas no se van a resolver así. —Se niega a casarse Roberto, quiere echar nuestros esfuerzos por la borda —expresa mirando a mi padre con desesperación. Unas lágrimas qué intentaba contener a todo costa logran escabullirse y empiezan a recorrer mis mejillas. Veo a papá tomar un trago de whisky del vaso que sostiene y me mira de una forma tan indiferente que me hace entender que no vino a defenderme. —Con golpes no la vas a convencer ya sabes cómo es —expresa con seriedad— Yo tengo otra forma de convencerla —agrega mirándome fijamente. —Hagan lo que quiera, ¡nada me hará cambiar de opinión! —expreso con firmeza. Mi padre sonríe y se acerca a mí, —Si no te casas, ¡dejaremos de pagar el tratamiento de tu querida nana Susan! Cuando escucho esas palabras salir de la boca de mi padre siento que mi mundo termina por destruirse. No puedo creer que mi propio padre sea capaz de maquinar algo tan siniestro, ¡Tan monstruoso! —No puedo creer que sean capaz de tanto —digo complemente asqueada. —Tu nos estás orillando a esto, así que o te casas o dejamos de pagar el tratamiento de Susan —contesta mi madre con frialdad. —¡Pero eso podría acabar con su vida! —exclamo desesperada. —Si eso pasa sería tu culpa —responde mi padre. Ambos se dan medía vuelta y camina hacia la puerta. No tengo opción, estoy en un oscuro laberinto del cual nunca saldré y ya es hora de que me rinda. —¡Está bien! —exclamo entre lágrimas y empuño mis manos llenándome de valor— Me casaré —agrego con un tono de dolor en mi voz. Mi padre voltea a verme con una sonrisa. —Sabia decisión hija —expresa y ambos se van de mi habitación. ———DOS SEMANAS DESPUÉS——— Cada vez que me miro al espejo así vestida siento que una parte de mi se muere lentamente. Un vestido de novia conformado por unas mangas cortas de hombros caídos, un corset que cubre mi torso, un drapeado que cubre el resto de mi cuerpo y un velo de novia que cubre mi rostro, todo esto oculta el dolor que llevo dentro de mi. Jamás podría encontrar las palabras para describir cuantas ganas tengo de salir corriendo. Estas dos semanas solo e sido una marioneta de madera, la cual no tiene vida y lleva hilos en todas las extremidades de su cuerpo para que otros la manejen a su antojo. Veo en el espejo una mujer que no reconozco, no sé dónde está Amber y tampoco quiero saberlo, ojalá esté muerta, porque si está viva solo sufriría más. Me río amargamente de misma, —Aquí estoy a punto de casarme con alguien que ni siquiera conozco y que tampoco me interesa conocer —me digo a mi misma. La puerta de mi habitación se abre y veo a Vincent y a Irene entrar, ambos quisieron venir para que no me sintiera tan sola y aunque se los agradezco su presencia no cambia nada. Ambos me dan un abrazo y antes que puedan decirme algo mi padre entra a la habitación. —Ya es hora, debemos irnos a la iglesia —informa con frialdad mientras bebe un trago de whisky. Lo miró sin decir nada, Irene me entrega el ramo de flores con el cual caminaré al altar, lo tomo y salgo de habitación con mi padre y mis dos amigos siguiéndome. Tiempo después llegamos a la iglesia en una limusina, Irene y Vincent llegan en un auto aparte y entran a la iglesia antes de que yo lo haga. Mi padre entiende su brazo hacia mi y lo ahí sin decir nada. Nos acercamos a la entrada de la iglesia y cuando mi mirada recorre el camino al atar siento que mi corazón se detiene al ver qué quién me está esperan y quién se supone será mi futuro esposo no es nadie más que... —¿A-Asthon? —susurre preguntándome a mi misma. Miro a mi padre y él ni siquiera me está mirando a mi, sino que está saludando con una sonrisa a los fotógrafos que no paran de tomar fotos. Miro a Ashton y en sus labios se forma una pequeña sonrisa, la cual a pesar de ser pequeña no deja de ser arrogante y calculadora. Los recuerdos de la fiesta de compromiso vienen a mi cabeza haciéndome sentir estúpida por no haberme dado cuenta que el era el misterio prometido, él estuvo allí, él hablo conmigo, él me robó un beso ese mismo día, él es el niño que tanto deteste en mi infancia ¿¡y ahora será mi esposo!? Siento que todos a mi alrededor se han burlado de mi, incluyendo a Elian, todos me han visto la cara de estúpida y lo peor de todo es que no puedo mandar al diablo todo este circo porque está en juego la vida de mi nana. Empuño llena de ira el ramo en mis manos, miro a Ashton con todo el odio y la ira que siento en este momento. Mi padre empieza a caminar y hago lo mismo sin apartar en ningún momento mi mirada de la de Ashton. Al llegar al mi padre toma la mano de él y mía para después juntarlas, una lágrima empieza a recorrer mi mejilla izquierda mientras miro a Ashton sonreírme. El padre da inicio a la ceremonia y después de un largo discurso de rutina hace las preguntas de consentimiento. —Asthon Reys Brown ¿Acepta usted a Amber Stone Montereal como su legítima esposa para amarla, respetar y serle fiel todo los días de su vida, hasta que la muerte los separé? —pregunta el padre mirando a Asthon. —¡Acepto! —responde con una sonrisa mirándome fijamente. Mi mirada de desdén no se aparta de él y de reojo veo al padre mirarme a mi. —Amber Stone Montereal ¿Acepta usted a Asthon Reys Brown como su legítimo esposo para amarlo, respetarlo y serle fiel todo los días de su vida, hasta que la muerte los separé? —pregunta. Miro a Ashton sin decir nada, —(Si, acepto, ¡Acepto odiarte todos los días de mi existencia, maldigo este día y te maldigo a ti, seré miserablemente tu esposa hasta que tú muerte nos separe) —pensé mientras las lágrimas recorrían mis mejillas. —Señorita Amber repetiré la pregunta por si no me escucho —anuncia— Amber Stone Montereal ¿Acepta usted... —¡Acepto! —exclamo interrumpiendo al padre y después de unos segundos él nos declara marido y mujer. Pero cuando dice puede besar a la novia, un ferviente deseo de que la tierra se abra y me trague en este instante, se apodera de mi mente. Ashton quita el velo que cubre mi rostro y cuando por fin nuestras miradas se encuentran sin ningún efecto borroso que daba el velo, su semblante cambia de inmediato. Sé perfectamente que debe notarse el rastro de mis lágrimas y el desprecio en mi mirada. Él me mira con frialdad, rodea mi cuello con sus manos y acerca su rostro al mío. Sus labios conectan con los míos y una corriente viaja por todo mi cuerpo. —(¿Tanto asco me produce que me bese?) —pensé mientras él sus labios se movía besándome con intensidad, pero en mis labios no había respuestas para sus besos y cuando por fin separo sus labios, su mirada de furia me hizo sentir escalofríos en todo mi cuerpo. Ashton volteo hacia los invitados, sonrió y de repente la iglesia estalló en aplausos. Me pregunto ¿qué es lo que celebran? Porque para mí esto solo es el comienzo de mi infierno y todos aquí parecen demonios dándome la bienvenida. Y la ironía de esto es que la bienvenida me la dan en una iglesia. Tiempo después vamos al club en dónde será la fiesta de celebración, ya estando allí no puedo dejar de pensar que en el momento que está fiesta acabe tendré la típicamente llamada "noche de bodas" Me pregunto cómo haré para soportar pasar la noche con Ashton y permitirle que sus manos toquen. Inevitablemente empiezo a recordar esa noche en la cual me entregué a Elian, esa noche en la que dijimos amarnos siempre y no separarnos nunca, esa noche que ahora es pasado. El tiempo paso más rápido de lo creí y siempre pasa así, ¿No?, El tiempo simplemente pasa volando cuando menos quieres que lo haga. Sin darme cuenta ya estoy en la suite más lujosa del hotel más exclusivo de la ciudad, cuyo hotel está al lado del aeropuerto y es que hace poco me informo Ashton que mañana nos iríamos de Luna de miel a Roma, ya todo lo tenía planeado sin importar mi opinión, aunque si me hubiese preguntado lo mandaría al diablo. Ashton se quedó en lobby o más bien preferí no esperarlo y solo seguí al hombre que Asthon le pidió subir nuestras maletas. Camino hacia el balcón y al llegar a el, el viento frío acaricia mi rostro, pongo mis manos sobre el frío barandal que rodea el balcón, desde aquí la vista de la ciudad de New York es hermosa, pero la tristeza que va pegada a mi alma no me permite disfrutarla. Cierro mis ojos y pienso en que diferente serían las cosas si me hubiese casado con Elian. En estos momentos serial él quien estuviera conmigo, abrazándome desde atrás haciendo que sus brazos rodeen mi cuerpo. Trato de imaginarlo con todas mis fuerzas y de repente siento como unos brazos rodear mi cuerpo, por un momento acaricio esos brazos dejándome llevar por mi imaginación, esa imaginación que desea fervientemente que eso brazos sean los de Elian. Abro mis ojos y al voltearme y ver el rostros de Ashton vuelvo a la realidad. Intento alejarme de él pero él me toma de la cintura atrayéndome hacia y pegando mi cuerpo contra el suyo, quitando a la vez cualquier distancia que nos pueda separar. —No te alejes —susurra con esa voz profunda y varonil que ya empiezo a familiarizar. —¡Suéltame! —exclamo mirándolo con desprecio. —Soporte tu indiferencia en todo la boda, pero ahora estamos solos y no pienso permitir que me ignores —dice con enojo mientras aprieta cada vez más mi cuerpo al suyo. —¿¡Y qué querías!? ¿¡Qué te aceptará como mi esposo después de como planteaste todo para casarte conmigo!? —pregunto con indignación mientras forcejeo tratando de escaparse de sus brazos. —No iba a exponerme a que me rechazaras, así que negocié con tus padres —expresa con descaro. Reúno todas mis fuerzas y lo empujó para después darle una fuerte bofetada en la mejilla izquierda. —¡Yo no estoy en venta! —exclamo con furia. Ashton sonríe mientras soba su mejilla y de repente me jala hacia él y me coloca contra la pared que está a sus espaldas, la cual conforma la entrada al balcón. Su sonrisa desaparece y me mira fríamente con sus ojos verdes, los cuales parecen volverse más oscuros, su respiración, la cual puedo sentir en mi labios, se agita mientras que sus manos empiezan a subir lentamente por mi cintura. Ahora más que frialdad es deseo lo que puedo ver en sus ojos, sin embargo yo lo único que quiero es salir corriendo de aquí. —Salve la empresa de tu padre a cambio de que fueras mi esposa y tú aceptaste serlo así que tú fuiste quien se vendió —expresa con un leve gruñido en voz. Vuelvo a empujarlo y le doy otra bofetada. —Tu no tienes ni idea de que fue lo que me llevo a aceptar casarme contigo, pero lo odio, odio todo esto y sobretodo ¡TE ODIO A TÍ! —grito con desesperación mientras unas amargas lágrimas salen de mis ojos. Entro a la habitación y camino hacia la puerta para irme pero hasta me toma del brazo y luego me toma de la cintura cargándome. Empiezo a patalear intentando hacer que me suelte pero no lo consigo. —No me importa el cómo, me importa que ya eres mi esposa y eso nada lo va a cambiar ¡Te deseo tanto Amber!... —dice con enojo, me toma de la nuca y empieza a besarme. Muerdo su labio e inmediatamente Ashton me suelta y se aleja de mí. Respiro agitadamente mientras lo miro escupir sangre de su boca. Ashton me mira con una frialdad y una furia desmedida. Se acerca a mi rápidamente, me toma de la cintura y me carga mientras yo permanezco recta. —hagas lo que hagas eres mi esposa y eres mía —expresa con severamente y me tira sobre la cama. Lo veo quitar su camisa tirando de ella, haciendo que los botones de estás salgan disparados y resuenen al caer al piso. Me quedo completamente paralizada viéndolo y cuando él se acerca a mi, empiezo a subirme a la cama alejándome de él, sin embargo Asthon me toma del tobillo izquierdo y jala hacia él. —¿Vas a forcejear o cumplirás con tu deberes de esposa sin protestar? —pregunta con frialdad. —Hazlo que quieras, podrás tener mi cuerpo así como también tendrás mi desprecio —contesto entre dientes con enojo. —Entonces tomaré la única parte que me gusta —expresa con frialdad y empieza a besar mis labios. Así continúa por todo mi cuerpo hasta desnudarme por completo mientras yo permanezco inmóvil como una maldito maniquí. Vaya manera de consumar nuestro matrimonio, pero cuando todo termino, yo solo podía sentirme muerta, indiferente y con más odio que nunca. Ashton empezó a vestirse mientras yo permanecía desnuda sobre la cama y una lágrima salía de mi ojo izquierdo mojando la almohada. —¿Qué se siente desear tanto a una mujer y cuando por fin la tienes darte cuenta que no fuiste el primer hombre su vida? —pregunté mirando a Asthon con frialdad. Lo veo empuñar sus manos y mirarme con el mismo odio con el cual yo lo estoy viendo. —¿Matrimonio o infierno? —pregunto de forma sarcástica. Doy medía vuelta en la cama dándole la espalda y cierro mis ojos dejando salir las lágrimas que había estado conteniendo.
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