12 Karin Me llevó cerca de un mes de ser engatusada, con mucho tacto, pero finalmente me di por vencida y asistí a una de las clases de gimnasia y boxeo de Raquel. Como si mis turnos en ‘Cuchillo’ no fueran lo suficientemente agotadores. Aun así, ella ha tenido razón en casi todo lo que sugirió hasta ahora, y los esfuerzos físicos son lo único que me mantiene alejada de los emocionales, así que lo doy todo. Paso los primeros veinte minutos de su implacable clase de alta energía planeando cómo escapar sin que nadie se dé cuenta, los siguientes veinte minutos enfrentando la mente contra el cuerpo a medida que ambos alcanzan sus límites, luego los últimos veinte minutos en un subidón de adrenalina que es casi espiritual. Para cuando llego a casa (sin Raquel, porque tenía unas cuantas clase