CAPÍTULO 4: El reencuentro con el primer amor

1694 Words
Mientras que Gaby le dice –Que desconsideración la tuya, sabiendo en las condiciones económicas que estamos, te vas a invertir el gasto de la casa en esos trapos tan horribles y peinados… pareces un payaso, me das pena que seas mi madre--, Ana Paula harta de los insultos de su hija, le dio una bofetada, la chica no conforme le remarcó –También eres tan insignificante, que deberías agradecerle a mi padre que se fijara en ti— Ana Paula no aguantó más, volvió a abofetearla, pero por partida doble, diciéndole – Una palabra más y te tumbo los dientes… te dije que me respetaras… y para tu preocupación, todo esto me lo pagó mi hermana Ana Clarissa de su bolsillo… nada les he quitado…--, recogió sus paquetes y se fue a su habitación, pero Gabriel le comento a su hermana – Pena das tú… te carcome que nuestra madre sea más hermosa que tú con tus dieciocho años… ella parece una modelo a su edad… la envidia te brota por los poros… nunca he entendido porque te sientes mejor que ella… si aquí la insignificante eres tú — Luego llegó Rodolfo, venía como todos los días de la casa de Ana Julia, estaba teniendo sexo con ella. Al ver a Ana Paula la vio tan hermosa, que recordó el día que se casó con ella, esa fue la razón por la que le pidió matrimonio, no porque la amara, porque Rodolfo solo se ama a sí mismo, se acerca para abrazarla y ella lo detiene – Hueles a perfume de mujer barata, a trago y a humo de yerba… por favor no te me acerques… vete a tomar una ducha te lo agradezco… ya casi está la comida— No le quedó más remedio que hacer lo que ella le dijo, allí estaba su suegra quien le comenta – Con quien vienes de revolcarte… hasta aquí me llega el perfume barato… fíjate con quien te metes, tienes manchada la camisa de labial… que asqueroso eres, hueles no, apestas --, la vio con odio y se retiró a tomar la ducha Durante la cena Gaby le puso la queja a su padre, diciéndole que su madre la había pegado, pero Rodolfo no quiere más pleitos con su mujer solo dice –Ella es tu madre y debes respetarla y obedecerla, últimamente te he notado muy altanera con ella, debes pedirle perdón y hacer la pases--, Gaby dice –Nunca creí eso de ti, la defiende a ella y no a mi… me decepcionas papá, ni siquiera sabes porque me pegó--, pero Rodolfo no le hizo caso y continúo comiendo, Gaby se retiró de la mesa sin comer Molesta, se salió de la casa por la ventana de su habitación, por donde suele escaparse, se fue a un antro a escondidas de sus padres, una especie de discoteca donde se baila y se consume licor, allí buscó a sus amigos, que son consumidores de polvo blanco, los cuales le compartieron, paso el resto del tiempo bebiendo hasta no poder sostenerse de pie. El dueño del establecimiento la llevo a uno de los cuartos del antro para que descansara, a cambio ella tenía sexo con él, un hombre de sesenta años con una jovencita de dieciocho En la mañana Gabriel, toca la puerta de Gaby, y al no contestar pasa, dándose cuenta que ella no fue a dormir a la casa, preocupado piensa ¿En dónde estará?, qué pensaría si su madre se entera, con todos los problemas que tiene, mejor decide no decirle nada, como si no se hubiese dado cuenta de su ausencia, solo baja a tomar el desayuno para luego irse a estudiar el último semestre Pero Ana Paula no le da importancia que su hija no baje a desayunar, lo toma como propia de su continua malcriadez, así que se dirige a la inmobiliaria, en su primer día de trabajo. Rodolfo la observa, cada vez más distante, lo trata bien y con respeto, pero como a un extraño, solo se dedica a cumplir obligaciones, más en su trato no consigue ese cariño que ella le ofrecía, es la primera que sale de la casa, dejándolos a ellos tomando el desayuno solos Llega a la inmobiliaria, muy bien vestida y arreglada, se saluda con su hermana, el personal se queda admirado ante el cambio tan espectacular. Ana Paula se concentra en aprender de las demás corredoras de inmuebles, su hermana le explica sobre derecho inmobiliario, el procedimiento de captación de inmuebles, documentos y temas de valoración de inmuebles Mientras en la agencia de viajes, Rodolfo comenta con Bernard, su socio, --Si la vieras esta mañana, vestida como una modelo. Con unos trapos que le quedaban de rechupete, caminaba con si fuera en una pasarela… que hermosa es mi mujer… como que me voy a enamorar de ella otra vez--, hace silencio y cambia la expresión de su rostro, Bernard le pregunta – Y ahora que te pasó--, él responde – Bueno… que ahora está súper linda, pero parece una muñeca, bella por fuera y vacía por dentro, tiene tantos sentimientos como las muñecas que solo las niñas saben para que sirven— --Es una completa desconocida, tiene una rigidez interna, calcula que ayer le plantó tres cachetadas a Gaby, pensé que nunca haría algo así, si vieras lo que mi hija le dice a la madre y ella como si nada, pero ayer fue distinto… hasta me dio un friito que me recorrió los huesos --, Bernard le dice – Entonces es para bien, mi mujer me dijo que se veía espectacular y que estaba convencida de cambiar su actitud… te has puesto a pensar, que pasaría si ella logra independizarse de ti económicamente, se divorciaría de ti – Rodolfo responde – Eso no pasará, porque voy a tratar de dejarla embarazada nuevamente, para que no tenga tiempo de universidad, ni trabajitos, ni nada, y se tenga que quedar metida en la casa, solo la estoy dejando que se haga ilusiones, pero el que manda aquí soy yo, para eso soy su marido --, Bernard le dice – No te equivoques Rodolfo, que se trata de una persona, no de una vaca o un caballo, nadie es dueño de nadie— En la noche Rodolfo le dice a Ana Paula – Cuando se va a ir tu mamá de esta casa… me tiene harto… las cosas están difíciles para que yo tenga que mantener otra boca más, porque no se la llevan tus hermanas y se turnan, porque tú eres la más pendeja --, ella responde – La más pendeja no, es porque es mi madre, con quien ella se lleva mejor, no le voy a amargar sus últimos años solo porque a ti no te gusta--, él insiste -- te lo advierto…O se lo dices tú o se lo digo yo… pero se tiene que ir de esta casa – Doña Ana escucha la discusión en silencio, más tarde, como siempre su hija entra a su cuarto a darle las buenas noches, ella le dice – Te escuche discutir con Rodolfo por mi causa, pero no le voy a dar el gusto de sacarme de aquí --, hace silencio y luego sigue – Nunca debiste haberte casado con ese hombre, que mal gusto tienes, ni siquiera tienes la decencia de divorciarte de ese patán – Ana Paula le responde pausada y tranquila – Lo lamento mucho, mamita, que hayas escuchado la discusión, yo pelearé con todo lo que tengo para que no tenga que irte de aquí… Pero te recuerdo que si me casé con Rodolfo fue por culpa tuya, te opusiste a mi relación con Brandon, y luego me obligaste a casarme con Rodolfo porque tenía dinero y él te había convencido prometiéndote villas y castillas y es esa la razón por la que comenzaste a vivir con nosotros— --Te convertiste en su cómplice por dinero, me vendiste a Rodolfo para tu comodidad y la de mis hermanas y ahora estas son las consecuencias --, la madre le responde – No olvides hijita que Brandon te abandonó y se fue a estudiar al exterior, porque prefirió eso que, a luchar por su amor, no aguanto un poquito de presión, prefirió una vida mejor y le hiso caso a sus padres, quienes te consideraban poca cosa para su hijo… porquería de viejos creídos, que piensan que son más que los demás, porque tienen dinero – Ana Paula no le gusta discutir con su mamá –Bueno mamita, eso ya es pasado, lo importante es ahora, mañana será otro día, descansa, un besito y la bendición--, la madre sabe que su hija tenía razón, ella es también culpable de la mala vida de su hija, se dejó impresionar por el dinero y practicante negocio a su hija Comienza a llorar con remordimiento de conciencia, pensando – Que podía hacer… mi marido se había suicidado, yo me quedé sola con la responsabilidad de todas las Anas, no tenía ni para darles de comer, solo así pude llevar a las otras hijas a que pudieran estudiar, sacrificando a mi hija mayor, vendiéndola como mercancía a ese degenerado, que me prometió sacarme de esa situación tan difícil — --Pero soy capaz de matarlo, total ya tengo sesenta años, ni presa voy a ir, pero liberaría a mi Ana Paula de esta cruz que lleva a cuestas, porque ella no tenía por qué pagar por lo que solo yo debía pagar, tengo miedo que ese desgraciado la mate un día de estos que llegue borracho y drogado como acostumbra, yo me tengo que quedar para impedirlo — Entre tanto la otra hermana, Ana María, vive en una residencia en un barrio, ella no quiso estudiar, hiso algunos cursos como chef, en las mañanas trabaja en un restaurante del centro comercial Miranda, rebelde, abandonó a temprana edad el hogar de sus padres adoptivos, ya que sus verdaderos padres un día, la dejaron al cuidado de Doña Ana por un rato y más nunca regresaron por ella, así que esta buena señora la adoptó y le colocó los apellidos de la familia, es la menor de todas
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