CAPÍTULO 2 La hermana traicionera

1775 Words
Éste se queda pensativo y le pregunta – Tú crees que me apresen por golpear a mi mujer, para eso soy su marido, tengo que ponerle freno, ya no quiere ni cumplir con sus obligaciones conyugales --, Bernard molesto le replica -- ¿Obligaciones conyugales? Ósea dices que es obligatorio tener sexo con su marido… ¿En qué ley está escrito eso?... zopenco, bruto, retrógrada… tener sexo no es una obligación, estúpido… también se peca por ignorante – Rodolfo dice – Párale con los insultos… cuando ella se casó conmigo sabía que tenía obligaciones sexuales conmigo… yo solo exijo mis derechos… no me importa en qué ley lo diga o no lo diga--, Bernard molesto se retira de la oficina de Rodolfo y lo deja solo, este comienza a recapacitar y piensa – Y si la Ana Paula se le da por denunciarme… será que es verdad que me pueden apresar… no puede ser… un tipazo como yo no puede ir preso… si le tengo pánico a la cárcel… tengo que hacer algo para cerrarle la boca a esa infeliz tan desabrida— En eso, entra Ana Julia y le interrumpe sus pensamientos –Que carajos hiciste, que le pegaste a mi hermana porque no quería tener sexo contigo…. Acaso no es suficiente el sexo que doy yo… en qué lugar quedo yo en tu vida… no solo me tienes de amante y no terminas de divorciarte de ella… sino que ahora te apetece mucho estar en la cama con ella y te molesta mucho que te rechace… ¿Cuál es la vaina? Vamos a aclarar esto ya— Rodolfo le responde molesto – Primero que nada, baja la voz, o quieres que todo el mundo se entere que somos amantes… segundo, yo tengo sexo con mi mujer cuando a mí me da la gana, para eso soy su marido… y si no te gusta ya sabes dónde queda la puerta, te puedes ir de esta agencia y no trabajar más aquí… lo tomas o lo dejas… tu decide y ahora retírate de mi oficina— Ana Julia se retira molesta lanzando la puerta fuertemente. Rodolfo piensa que tiene que ponerle un alto a la situación, ya que corre peligro que esta hermana le envenene la mente a su esposa en su contra. En la noche llega temprano a casa, con un ramo de flores para Ana Paula, ella ni siquiera se lo recibe, le dice – Ya que las trajiste ponlas tú mismo en agua – Así lo hace, mientras ella prepara la cena, él se le acerca y le dice – Mi amor no me vas a perdonar --, ella le responde – Solo mírame la cara, como me la dejaste y respóndete tú mismo --, él insiste – Mi amor de mi vida… estaba tomado… no sabía que hacia… perdóname chiquita… yo te amo… tú será la única mujer que ame en el mundo – Ana Paula se queda callada, lo ignora por completo y continua con lo que estaba haciendo, mientras él sigue dando explicaciones, repitiendo una y otra vez las mentiras que ni él mismo se cree. De pronto Ana Paula lo interrumpe y le dice – Voy a reiniciar la carrera de Arquitectura de noche y durante el día voy a trabajar en la inmobiliaria de mi hermana, buscando un ingreso extra, porque lo que traes para el gasto ya no alcanza— Rodolfo se queda callado, pensando – Si le digo que no, se molesta y es capaz de denunciarme… pero pensándolo bien… si trabaja, yo mismo soy, quien se gasta esos churupitos extras que mal no me caen --, entonces le responde – Tu sabes mi amor que no me gusta que trabajes, para eso tienes esposo para que te mantenga, lo que pasa es que la agencia no ha vendido nada en los últimos meses— --Con esas plataformas de venta de boletos aéreos, nuestras ventas se han mermado mucho y los clientes se han retirado para las agencias digitales… pero bueno con tal me perdones yo hago lo que quieras… si desear trabajar con tu hermana puedes hacerlo… pero para que quieres volver a estudiar… ya tú no eres una chamita para estar con libros en la mano, te verías ridícula… te imagino, una vieja en medio de un montón de carajitos… que oso tan grande… ¿No te da pena? – Ana Paula le responde –No te preocupes por el oso que haga, eso es mi problema… por cierto para mañana no hay mercado para hacer el almuerzo, tendrás que comer afuera, aquí solo hay para hacer unas arepas y más nada--, él le responde – Tranquila mañana le pediré un préstamo a Albert, y te lo envió a tu cuenta para que puedas hacer el mercado… Por cierto, arréglate mejor, que más joven se ve tu mamá, estas tan fea y demacrada, que los golpes más bien te adornan la feura— En eso entra a la cocina Gaby –Te escuché… lo único que haces es pedirle plata a mi papito…. Hasta cuando, porque no vas a trabajar para que sacies tu avaricia --, Ana Paula le responde -- ¡Basta ya!... no te voy a aguantar ese tono de voz altanero, mira como me hablas o te cruzo la cara… yo soy tu madre no tu sirvienta… respétame --, Gaby se abraza a su papá y le dice – El respeto se gana no se impone…Por eso al único que yo quiero y respeto es a mi papito, él nunca me amenaza— Rodolfo no interviene en la disputa de madre e hija, se sale de la cocina, ya en las escaleras se cruza con su suegra Doña Ana, le dice – Y ud. vieja cuando es que va a largar de mi casa, ya no la soporto --, ella le responde – No sueñes yerno… nunca me voy a ir de esta casa… no dejaré a mi hija a tus anchas para que la mates un día de estos… desgraciado, infeliz… pegándole a las mujeres… grandísimo cobarde, mal nacido— Rodolfo le replica – Cuidadito pedazo de vieja y la próxima madriza sea para ud.--, Doña Ana suelta la carcajada – Solo atrévete y de la cárcel no saldrás, porque yo no soy Ana Paula que se deja golpear sin decir nada --, ambos continúan su camino. Al día siguiente, en la agencia de viajes Rodolfo entra a la oficina de su socio Albert – Entonces camarada… como estas hoy …. Quería pedirte un favor, es que en mi casa ni comida hay, será que me puedes prestar algo para darle a Ana Paula para mercar… apenas me caiga algo te lo pago de inmediato – Albert le responde –Caramba… sabes que soy tu amigo, claro que te puedo prestar, pero cuantas veces te he prestado y nada que me abonas ni un centavo a la cuenta y sigues pide y pide…. prestarte es como echarle más agua a lo mojado hombre --, Rodolfo insiste – Yo sé… pero somos amigos en la buenas y en las malas, apenas cobre algo te lo doy, no le haría mal a un amigo que me ha ayudado tanto como tú… hazme esa segundita por caridad de Dios— --Ya sabes, a penas cobres yo seré el primero a quien le pagues--, dijo Albert, entró en su cuenta en internet y le hizo la transferencia a Ana Paula, luego le preguntó – Lo hago por Ana Paula, después de la madriza que le diste, no se merece ahora pasar hambre… por cierto, ya le pediste perdón --, Rodolfo responde – Perdón solo se le pide a Diosito lindo, le pedí disculpas, tuve que aceptar que volviera a la universidad… te imaginas que ridícula se va a ver, una vieja entre un montón de escuincles, es como si Gaby vaya a la Universidad con su mamá— Rodolfo responde molesto –Pero que ignorante eres, estudiar no tiene edad, además te recuerdo que ella estaba en el noveno semestre de Arquitectura cuando la embarazaste y después la obligaste a dejar los estudios con el cuento que tenía que criar el hijo, tú fuiste quien le frustró la carrera a ella, y ahora te burlas llamándola ridícula… Por dios Rodolfo ¿Por qué la odias tanto? — --Pero bueno cuate, ya tu pareces mi mamá, regañándome a toda hora, que te está pasando, o es que te gusta mi mujer--, dice Rodolfo, pero Albert le refuta molesto – Que te pasa a ti… a mí no me faltes el respeto porque yo si te doy una madriza, yo no soy Ana Paula, a quien admiro y aprecio como una hermana, y me duele el trato que le das, parece que la odiaras— Rodolfo responde más tranquilo – Bueno, no la odio, pero la veo tan disminuida, tan poca cosa, recuerdo cuando nos casamos era tan bella, las más linda de las Ana Mallorca… pero ahora, ni se arregla ni viste bien, la sirvienta de la casa se arregla mejor, a veces me da pena decir que es mi mujer, en cambio Ana Julia se viste tan despampanante, esta buenísima, esta como le da la gana— Albert lo interrumpe – Si Ana Paula esta tan desmejorada como dices es por culpa tuya, como quieres que tenga ánimos de arreglarse, cuando se ve al espejo lo único que se ve son morados en su rostro… no seas cínico Rodolfo… ahora la comparas con Ana Julia, que es una loca, solo porque usa trapos mejores… ¡no me jodas!… porque no te divorcias de Ana Paula y te casa con Ana Julia, para ver cómo te va – Rodolfo suelta la carcajada –Mejor me como a las dos hermanas que te parece--, se levanta y se va a su oficina. Minutos más tarde, Rodolfo por el interno le dice a su secretaria que llame a Ana Julia, quien acude de inmediato -- ¿Me llamaste? --, él responde viéndola de arriba abajo, comiéndosela con la mirada – Si mamita rica... ya se te pasó el berrinche--, ella responde – No es berrinche, explícame porque quieres seguir teniendo sexo con mi hermana, cuando yo te complazco en todo lo que me pides y porque le pegas– Rodolfo contesta – No te lo tomes personal, los hombres como yo nunca estamos satisfechos, necesitamos varias mujeres para poder vivir más o menos bien, pero tú sigues siendo mi preferida… si quieres esta tarde te lo demuestro… me esperas en tu casita… ¿Si o No? --, Ana Julia sale de la oficina molesta sin responder
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