Me desperté y apagué mi alarma, no me adaptaba al cambio horario. Es decir dormí de día, mientras que pase en vela toda la noche. Me levanté y prepare un café poderoso, como esos que solía invitarme madame. Busque en el armario un atuendo que estuviera acorde para la sesión fotográfica, me decidí por un overol ajustado al cuerpo en color azul marino, lo acompañe con un blazer blanco y tacones a juego. Alise mi cabello y le hice ondas de medio a puntas. Me maquille sutil pero con un rojo pasión en los labios. Estaba lista, mi teléfono vibró y enseguida lo tomé atendiendo la llamada. —¿Hola?—respondí. —Cariño, te veo en treinta minutos en el hotel Bonard central—respondió la otra voz, no entendía de quien trataba, hasta que recordé las hojas que leí ayer. —Perfecto, nos vemos allí—respond