Ella... está muerta.

1678 Words

  Al siguiente día nos levantamos con los nervios a mil por hora, no sabíamos que nos diría Madame. Bueno a mí, ya que fue a quien citó en su despacho. Después de pasar la formación y todas se retiraran a sus clases comunes, camine al despacho como borrego caminando al matadero. Suspire con pesadez, ¿Qué me diría? ¿Me expulsaría? ¿Quizá eso era lo mejor no? No lo había pensado, si hacía que me echará no tendría que matar a nadie y volverme una asesina. Pero ¿tanto nadar para morir ahogada en la orilla? Malditos sentimientos ambivalentes. Toque la puerta y cuando musito su “pasa” sentí que me desmayaría. —Buenos días, Madame—salude pasando, me hizo señal que me sentará. —Buenos días, señorita Bell—respondió seria cruzando sus manos y afincando su mentón en ellas—, Quiero la verdad sobre q

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