La cama era enorme, el colchón, el más cómodo de mi vida, observe al hombre que estaba frente a mí Aquel que me dio una sonrisa cargada de malicia, que logro hacer que todo en mí se revolviera, que hasta la parte más sesenta de mi cuerpo se estremeciera Era la perfección en persona, no pude contenerme y coloqué mi mano en su mejilla, aquella que recargó con delicadeza sobre mi palma Sus hermosos ojos me observaban con un hambre atroz y una dulzura que parecía imposible de creer, su torso desnudo, lleno de tatuajes, se mostraba ante mí con deleite ―Quiero un poco un más… Su acento, su voz llena de dureza y su mirada hambrienta, logro que por poco soltara un gemido lleno de anhelo Mientras él, sonreía, como si supiera lo que estaba causando en mí, justamente en este momento ―Me tien