―No te amo y nunca te amaré ¿Quedo claro, Némesis? ―Pero izan, yo… ―Nunca… siempre serás una molestia para mí, serás no más que una mujer de nombre, alguien que nunca en nuestras vidas La voz de aquellos resonaba en el lugar tan oscuro que mis ojos no lograban enfocarse, yo caminaba, lo hacía en busca De encontrar algo, un poco de luz, algo con lo que hiciera contacto, pero entre más y más me adentraba, no había nada Nada excepto palabras, nada excepto, lo que parecían ser recuerdos de esta mujer ―Debe darse cuenta de que usted jamás ganara el amor del señor ―Pero darla, sé que un día me amara, sé que un día él se dará cuenta que, en realidad, no debe cerrarse a mí, que sea lo que le impide abrir su corazón hacia su esposa ―No sea tonta, usted jamás será suficiente ¿Qué no se