La general asiente. ―Les enseñarán lo que hay que hacer a partir de ahora. Acompáñenlos a comer cuando sea la hora. Nos hace un saludo y se aleja, llevándose a sus soldados. * Una alegre estadounidense llamada Neena nos enseña nuestra nueva casa. Es la ―madre― de la casa, que consiste, según nos dice, en un grupo de adolescentes y mujeres jóvenes. Nos explica que el resto de nuestras compañeras de casa están trabajando y que nos reuniremos con ellas por la tarde. ―Les dará tiempo para instalarse ―dice, sonriendo amablemente―. Una casa llena de veinte mujeres puede ser demasiado a veces. Nos hace pasar a una pequeña y sencilla habitación con literas. ―Tendrán que compartir habitación ―dice―. No es exactamente un resort de cinco estrellas. Sonrío. ―Es perfecto ―digo, entrando en la