Llegan al restaurante del hotel Hilton de la ciudad tras estacionarse, la morena se siente relajada y la cena transcurre en un perfecto equilibrio pues Mónica se siente cada vez más cómoda al lado de Carlos, sin duda la conversación en el carro les ha ayudado mucho pues cada uno a su manera volvió a experimentar la confianza y complicidad que siempre reinó en su relación haciéndoles experimentar un nivel de unión que no habían vivido desde que empezaron de nuevo su relación. Tras pedir una botella de champaña suben a la suite que reservó su prometido para su noche al lado de ella, van tomados de la mano y la morena responde bien a su cercanía sin rechazarlo en ningún momento, al entrar a la suite Mónica sonríe cuando él la abraza dejando la botella sobre la mesa. Carlos se acerca cada