A las cinco de la madrugada y después de batallar internamente Carlos se quedó dormido y Mónica a las seis se despertó con una amargura que no sabía podía experimentar ante el dolor de perderlo por su inseguridad, se levantó con sumo cuidado y luego de dejar a Carlos durmiendo con su hijo se dispuso a hacer el desayuno pues ya se estaba enloqueciendo sin hacer nada y su cerebro solo le decía tonterías. Un rato más tarde ha vuelto a la recamara para amamantar a su hijo y llevarle el desayuno a Carlos, no es capaz de irse pues muy a su pesar lo ama con todo su corazón. Él sigue durmiendo cuando se remueve en la cama y no siente a Mónica, maldice antes de abrir los ojos pues siente que lo dejó de nuevo y ese horrible sentimiento lo embarga haciéndolo sentir el peor de los hombres al no