KEMEROVO, RUSIA
Alá bendijera a la persona que había escogido una alfombra tan suave. Valery luchó con desesperación en contra de su camisa cuando la sacó por sus brazos y tuvo que apartar los dedos de la italiana por unos segundos. Esos segundos fueron los más tormentos para su ser. Mantenía sus labios juntos a los de ella con desesperación, luchando a como diera lugar por no separarse de esos labios que le enloquecían y que se habían convertido en un lugar crucial donde prosperaban su juicio y todos sus deseos.
Un gemido brotó de Alessandra cuando le siguió en medio del beso mientras lanzaba la camisa al suelo. La abrazó por la espalda para dejarla sentir su pecho duro al tener piel contra piel y ella sonrió en medio de todo ese cúmulo de emociones al tenerlo tan cerca. Siberia podía
