PALERMO, ITALIA.
DÍAS MÁS TARDE.
Quien sea que hubiese dicho esa frase de que el dinero mueve al mundo no estaba nada equivocado. El dinero pagaba por el tiempo y hacía posible lo imposible, por ejemplo, montar una preciosa boda en menos de una semana y especialmente que no echará en falta de una que había tomado cinco meses planear.
Un helicóptero aterrizó en el helipuerto del Zar Olympic haciendo que sus hélices, agitaran el agua con una fuerza alucinante. Valery permanecía de pie a una distancia prudente, esperando para dar la bienvenida a sus invitados que acababan de tocar suelo italiano, en el aeropuerto de Palermo, luego de un vuelo internacional de más de siete horas desde Moscú.
El Zar Olympic no pudo ingresar al puerto, porque su gran peso amenazaba con brindar una alta
