SEMPITERNO| CAPITULO 76| KEMEROVO IV

1120 Words

MOSCÚ, RUSIA. —¿Estás bien, Yeva? —Si estoy bien. Había mucho frío anoche—mintió y culpando a la falta de sueño como el culpable de su rostro cansado. No pudo conciliar el sueño luego de eso. Su corazón estaba roto y su alma se quedó en aquella habitación, posiblemente para siempre. Al principio, fue como si sus pulmones se llenaran de agua y no pudieran respirar. Se estaba ahogando en sus propios lamentos, hasta que dejó de sentir o eso pensó. No lloraba, apenas y parpadeaba, pero sentía un hueco en la boca del estómago que le hacía sentir extraña. No estaba bien, pero intentaba serlo. Yeva seguía a su señora a la salida, porque estaba por abordar los autos para seguir su camino hacia la residencia. Alessandra tomó un baño en la madrugada y vistió con ropa abrigada, porque el frío

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