Narra Fabiola —¿Has decidido lo que vas a hacer?— preguntó Briana, mientras entraba a nuestra pequeña cocina donde yo estaba preparando la cena para nosotras. —No—dejé la salsa de tomate que había estado revolviendo y me dirigí al estante inferior del armario para tomar un paquete de pasta. Todo el tiempo fui consciente de los ojos preocupados de Briana siguiéndome a través de la habitación. Ella había estado haciendo todo lo posible para sacarme de mi situación, pero en realidad estaba demasiado molesta para siquiera hablar de ello. La última persona de la que quise hablar, o siquiera pensar, era Matheo Ivankov. —Mmm…—dijo con cautela—. Después de que te fuiste, recibí una llamada del principal comprador de Delaneys—dijo, con los dedos cruzados, si todo va bien, podrá tenernos en su su