Empiezo a acercarme a ella. (Francisco Freites) Fue una tarde muy tranquila, después de comer me dediqué a corregir algunas evaluaciones que llevaba semanas cargando en el portafolio y no me había quedado tiempo de calificar. Se oscureció y por la hora era evidente que Irina ya debía haberse marchado de la universidad, pero como es mejor ser precavido me colé hasta el estacionamiento para verificar que su auto no estuviera. Efectivamente, ya no estaba en la universidad, hoy no había traído mi auto porque ella se ofreció a servirme de chófer. Así que las posibilidades de que dedujera que aún seguía en la universidad eran mínimas. Ya me la imaginaba llamando a todos mis amigos para decirles lo que había sucedido. Pero ni así pensaba en encender el móvil. Subí al hall y me acerqué a una